viernes, 28 de noviembre de 2003

Vértigo


Día de trabajo en un gélido Logroño. Dos horas por delante hasta la próxima reunión. Entro en una librería solo con ganas de husmear, pero caigo en la tentación y me llevo la novela de J. M. Coetzee "Desgracia".

Me acurruco en un lugar agradable ante una enorme y caliente taza de café, y el tiempo empieza a volar. Y enseguida me topo con esta frase:

"Su opinión, por más que no la airee, es que el origen del habla radica en la canción, y el origen de la canción, en la necesidad de llenar por medio del sonido la inmensidad y el vacío del alma humana."

Y siento auténtico vértigo.


Suena la corriente: "Blood Money" - Tom Waits

jueves, 27 de noviembre de 2003

Angustia


Decía la artista francesa Sophie Calle: "Los sucesos felices los vivo, los desgraciados los exploto".
¿Por qué será que el ser humano extrae lo mejor de su creatividad en los momentos de mayor angustia vital? Como cualquier generalización, siempre es exagerada, pero hay una regla general que indica que muchas de las cumbres de la creación han sido más vomitadas, más sangradas, más paridas con dolor que disfrutadas en sí mismas. Es como si nos regodeáramos en nuestras desgracias.
Pero también puede ser que los degustadores de las mismas seamos los que busquemos ese dolor. Tal vez nos reconforte el observar lo mucho que pueden llegar a sufrir quienes nos rodean.

lunes, 24 de noviembre de 2003

Terrorismo


Escucho en la radio el resultado de una encuesta sobre la situación política y social de este país. Ante la petición de citar los tres o cuatro problemas más importantes de este momento, aparecen el paro, el terrorismo, la vivienda, la inmigración, la situación económica, la sanidad, bla, bla, bla... Y en el puesto 17, por debajo incluso de los nacionalismos, la justicia, el medio ambiente, aparecen los malos tratos a las mujeres. Y siento asco de esta sociedad.

Este año ya van más de 65 mujeres muertas a manos de maridos, novios, amantes, parejas. ¿Pero es que nadie se da cuenta de que el mayor terrorismo que vive España actualmente es éste, y no el de ETA, el islámico, el de las mafias o lo que sea (siendo éstos aborrecibles)? ¿Pero cómo tienen la indignidad (ya sabemos que dignidad no es precisamente lo que les sobra a los políticos) los ministros de Justicia e Interior de no haber dimitido? ¿O será que, como no les afecta a ellos directamente, son ahora precisamente ellos los que miran para otro lado?

Y me entero que mañana es el Día Internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres. ¿Cómo? ¿Como el Día Mundial del pimiento del piquillo? ¿O el Día Internacional de la danza? ¿Con eso ya están tranquilos?

La próxima vez que un político, con bigote o sin él, me hable de estado del bienestar o de que España va bien, le corto los huevos!!

sábado, 22 de noviembre de 2003

Summer fun!


Enfrascado en la lectura del periódico un sábado por la tarde, anonadado por el destino al que nos conducen un grupo de fanáticos musulmanes, judíos y cristianos (si existe el dios en el que ellos creen o les habla, yo le aborrezco), me encuentro con una noticia infinitamente menor, pero refrescante y evocadora.

Hace unos días, en Madrid, actuaron The Barracudas. Vaya, no tenía ni idea de que hubieran vuelto a unirse, y menos que estuvieran tocando por aquí. De la formación original aún se mantienen Jeremy Gluck y Robin Wills, pero me imagino que, a pesar de tener unos cuantos años más de la cuenta, aún seguirán expresando con rabia, alegría y desparpajo aquellos maravillosos himnos juveniles y playeros y guitarreros que tanto nos emocionaron a principio de los 80. Todo el disco Drop Out! sigue siendo una auténtica joyita, y canciones como Summer Fun están íntimamente ligadas a mi subconsciente (hasta en Ciento Bailando nos atrevimos con ella, y se convirtió en una de las piezas más excitantes de las que éramos capaces de disfrutar en vivo).

Pero es que no sólo eran sus canciones, también las ramificaciones que generaron eran inmensas. Por el grupo pasó Chris Wilson, que había sido alma de los seminales Flamin’ Goovies, y posteriormente éste y Robin Wills formaron los Fotunate Sons, habituales de los tugurios de Madrid, tanto con la banda como ellos dos sólos.

Ah, qué tiempos aquéllos, y qué tiempos estos! Me voy corriendo a desempolvar mis vinilos y a creerme que estoy en pleno verano californiano!

jueves, 20 de noviembre de 2003

Wid, wild food

"El verdadero sueño americano es poder salir a los bosques con tu arco para cazar tu propia comida. Además de ser lo más sano que existe, me ayuda a mantenerme fuerte, despierto y ágil en todo momento. Para mí "fast food" es un pato azulón (volando a toda pastilla)". Estas palabras no las ha pronunciado el Gran Jefe Seatle, ni David Crocket, tampoco Grizzly Adams, ni siquiera Johnny Weysmuller, sino el personaje de carne y hueso más parecido a Tarzán de los monos que he conocido -Ted Nugent- el verano pasado en un programa del "Outdoors Chanel" norteamericano.
Lo cierto es que este veterano rockero de heavy metal "asilvestrado", que alcanzó su máximo apogeo a finales de los 70 y principios de los 80, se conserva a las mil maravillas, todavía se mueve en el escenario como una auténtica fiera, meneando violentamente su larga melena rubia, luciendo unos ajustadísimos vaqueros y mostrando su fornido torso a partir del segundo minuto de concierto.

Después de los últimos escándalos alimentarios, comer lo que uno caza y recolecta en el campo creciendo silvestre parece haberse convertido en una moda muy saludable. En la televisión de Inglaterra también puede verse el programa "Tales from the River Cottage", realizado por un chef de Londres que decidió irse a vivir a la campiña de Dorset para tratar de ser autosuficiente y alimentarse de lo que él mismo es capaz de cultivar, cazar o pescar.

En uno de sus programas sale con otros dos colegas recogiendo un hongo blanco tipo pedo de lobo gigante al que llamaban "marshmallow no se qué", del tamaño de un balon de fútbol, luego se han subido a un árbol a coger un hongo que se llama "chicken wood", después han cazado una paloma utilizando un reclamo y por último han cogido una especie de ajo silvestre, lo han cocinado todo, han rellenado el hongo gigante y tras envolverlo en papel de aluminio lo han metido al horno, tenía una pinta muy buena. De postre una crema hecha con "gooseberries" (grosellas).

También ha salido recolectando navajas, echando sal en los agujeros donde se esconden estos moluscos en la playa. En fin, un programa muy curioso, toda una lección de supervivencia para gourmets.

Remado junto a Julio Rescuer

miércoles, 19 de noviembre de 2003

De Neil y de ella

No lo puedo evitar, y generalmente lo que me rodea, personas, situaciones, lugares, sensaciones, se unen de manera permanente con la música que ese momento me acompaña. Y eso ya queda para siempre, aunque cambie esa compañía que me rodea. Así que cada grupo, cada cantante, queda atado a una persona, una ciudad, un país, una época, despierta nostalgias, recuerdos, añoranzas, alivios,...

Viví en Sudamérica varios años, y allí tuve mi primera y absolutamente inesperada aproximación a la música latina. Y aunque hay mucha bazofia de por medio, esa música siempre tendrá un tremendo poder evocador.

Mi adoración por casi todo lo que produce Brasil siempre irá unida a muchas situaciones allí vividas, lugares, bailes, amigos, amigas, más que amigas... Incluso posteriores y maravillosos descubrimientos tienen el poder de llevarme de vuelta a aquéllas tierras, como una y otra vez me lo demuestra la escucha del imprescindible Tribalistas.

El rock paraguayo tal vez no sea aún manjar que degustar con placer, pero es algo a lo que me entregaré a pesar de la dificultad de encontrarlo por aquí. El argentino es más fácil, y siempre admiraré esa facilidad para juntar el castellano con las guitarras.

Y todo lo anterior, porque estos días pensaba en cómo ella y Neil Young ya siempre irán unidos. Neil Young y ella, ella y Neil Young. Eso es algo que será ya siempre así. No se si los recodos de la vida me llevarán a ello, pero si algún día escucho “Over and over” marcado por la distancia del tiempo y el espacio, ella aparecerá allí. Porque no me importa nada de lo que me digan, que me lo rebatan, para mí, esa canción, y muchas otras, ya no son mías, no son de nadie, sólo son de Neil y de ella.

jueves, 13 de noviembre de 2003

Prejuicios


A ver, somos seres llenos de prejuicios. Sobre todas las cosas que nos rodean nos formamos una opinión, que obviamente viene marcada por nuestras propias ideas, ideología, religión, incluso la imagen que tenemos de nosotros mismos. Me parece claro e inevitable. Y puede que no esté mal. Pero de alguna manera nos quita libertad, espontaneidad , inocencia. Ojalá fuéramos tan puros como para decir lo primero que nos viene en gana, la esencia primordial de nuestro primer pensamiento.

Por supuesto, yo no soy ajeno a ello. Al fin y al cabo, no soy más que un simple don nadie que, vanidad de vanidades, osa plasmar por escrito las cosas que se le ocurren. Y encima espera que alguien las lea. Como uno más, me he autocreado una imagen de mí mismo, y me la creo, y la reflejo consciente o inconscientemente en cada cosa que hago.

Y sí, estoy lleno de prejuicios, acaso porque no cuadran con la idea que tengo de mí. Y mucho me temo que en temas musicales, que trato mucho por aquí, mezclándolos con mi propia vida, somos muchos los prejuiciosos.

Carlos Goñi, esto es, Revólver, lleva muchos años haciendo rock de esencia netamente americana, no oculta sus influencias (a veces, exceso de Springsteen, pero, ¿eso es malo?), ha llegado a públicos que no son consumidores de rock,..., pero nunca ha contado con el apoyo de la crítica más elitista y de muchos degustadores considerados auténticos.

Mea culpa. Yo mismo he abjurado de él por simples prejuicios, considerando internamente que me gustaba, aunque a veces me diera cierta vergüenza. Pero tiene algo que a muchos les falta, canciones, algo tan simple y tan complicado. Y aprovechando que ha salido ahora un Grandes Éxitos, bien está que desmontemos los prejuicios y lo reconozcamos. Y lo saboreemos.

(Gracias a un crítico tan cool, pero tan sincero, como Rafa Cervera (Tentaciones), por impulsarme a este reconocimiento)

sábado, 8 de noviembre de 2003

Last of the rock stars


¿Tengo que explicar que estoy feliz? ¿Que me siento vivo? ¿Que en estos momentos soy otra persona? ¿Que vengo de ver a Elliott Murphy? ¿Que es la séptima vez que le veo en directo y estoy absolutamente apabullado? ¿Que habré visto cerca de 2000 conciertos a lo largo de mi vida, y que el de esta noche en el Antzokia de Bilbao alcanzará la categoría de los elegidos? ¿Tengo que explicar que me he emocionado? ¿Que se me ha erizado la piel? ¿Que se me han saltado las lágrimas? ¿Tengo que explicar que han sido dos horas y veinte minutos de sentimientos a flor de piel? ¿Tengo que explicar que Olivier Durand posiblemente sea el mejor guitarrista del viejo continente? ¿Que Elliott Murphy es más grande de lo que ninguno podamos imaginarnos? ¿Que nunca podremos agradecer lo suficiente a Jorge "Stormy Mondays" Otero lo que está haciendo por el rock? ¿Tengo que explicar que sus viejas canciones están más vivas que nunca? ¿Que las nuevas son clásicos desde la primera escucha? ¿Tengo que explicar que no tengo palabras para contar lo que he visto y sentido? ¿Que hubiera soñado que ella estuviera compartiendo esto conmigo? Supongo que algunos entenderán qué es lo que no puedo explicar. ¿Sigue siendo el Cielo tan Vacío después de esto?

viernes, 7 de noviembre de 2003

Rugido de león en Belfast


Hay cosas en la vida que ayudan un poquito a que ésta sea más llevadera. Cada persona busca según su propio criterio. El encontrarlas ya es otra cuestión. Lo que está claro es que este tipo de ayuda no tiene por qué ser trascendental, filosófica, religiosa,... Al menos no en cuanto al sentido habitual de estas palabras, porque para cada uno, el que algo sea trascendental o no depende de sí mismo.

El caso es que siempre voy buscando estas pequeñas alegrías. Y generalmente son musicales, visuales, literarias,...

Pero de lo que casi estoy seguro, es que al menos una vez al año (poco más o menos), dos genios absolutos me van a alegrar la existencia. Y eso hace que espere estos momentos anuales con impaciencia. Y ya no les pido que cada oferta sea una obra maestra, sería material o creativamente imposible. Sin embrago, casi siempre la rozan, la genialidad.

Uno es Woody Allen. Espero a su nueva película como agua de mayo. Y sé seguro que llegará.

El otro es Van Morrison. Tengo que reconocer que soy absolutamente subjetivo a la hora de valorar su obra. Me da exactamente igual los altibajos que pueda tener. Sé de seguro que la media de calidad será infinitamente superior a lo que actualmente nos depara el triste panorama musical.
Y su nuevo disco, "What’s wrong with this picture?" no hace más que corroborar esta, al menos para mí, premisa.
Ofrece sus gotas de jazz, de blues, de soul, de gospel, de rock, de MÚSICA. Me hace sentir triste, arrastrado, grande, pequeño, alegre, borracho, negro, lo que sea, pero hace sentirme vivo. Y por ello siempre le adoraré.

Y no me da la gana destacar canción alguna, porque todas van a la par. Pero cuando esta noche salga a sentirme vivo, aunque él diga "Stop Drinking", esa misma canción levantará una cerveza en su nombre.

THANKS, VAN!!!!!!!!!

martes, 4 de noviembre de 2003

Hartazgo

Estos días, quiero ser Mafalda