No tenía mucha idea en qué podía derivar este caudal (aunque me inclinaba porque se convirtiera en un mero afluente). Un año después sigo sin tenerlo muy claro. Pero el tiempo pasa rápido. Y al menos, sigo estando plenamente de acuerdo con el subtítulo. Continúo dando mis paseos por el río que empapa la vida (vale, algo pretencioso, pero uno es así).
Más de 10.500 visitas (un dato no muy fiable, cierto, que yo me visito a menudo), más de 150 escritos (unos mejores, otros peores, algunos olvidables, varios muy queridos), tropecientos comentarios (esos sí que no los tengo contabilizados, al fin y al cabo, son vuestros) y algunas personas a las que ya considero puertos por derecho propio de este río.
No es mal balance. Nada pretendía al integrarme en este festival de vanidades que son las bitácoras, luego no me quejo. Ni idea cuándo desembocará en el mar. Algunas veces he pensado que estaba apunto de hacerlo, pero tras el meandro, el horizonte continuaba lejos.
Así que seguiremos navegando. Solo eso.
Con vosotros, tripulantes.
Y como todo marino que se precie, con Ella de bandera.
Suena la corriente: "Happy birthday to me" - Cracker