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martes, 28 de septiembre de 2004

Keep me in your heart

Hay canciones, discos, intérpretes que son capaces de tocar la fibra sensible que cada uno tenemos (aunque la tratemos de ocultar). Yo tengo cientos, y algunos hasta olvidados. Olvidos esos que se convierten en recuerdos escalofriantes cuando un presente cualquiera los recupera.

Hay otras canciones, discos, intérpretes que siempre están ahí, cuando los necesitas, nunca terminan de irse, se agarran a ti como si en ello les fuese la vida.

Muchos días (o más bien, muchas noches), cuando necesito sentir, gira y gira en el equipo el último disco de Warren Zevon antes de dejarnos. Y siempre es capaz de emocionarme. De la primera a la última canción, de la primera a la última guitarra, de la primera a la última letra. Ya hace un año que se largó, y no se si serán las circunstancias en que grabó "The Wind" (sabiendo que le quedaban simplemente varios meses para completarlo), pero consigue que yo sienta. Y se lo agradezco.

Coincidiendo con este aniversario, el mes que viene parece que estará en la calle un homenaje en toda regla, "Enjoy every sandwich", en el que participan, entre otros, Steve Earle, David Lindley (hey, qué hay de nuevo, viejo, fuiste uno de los primeros tipos que vi en directo, creo que yo tenía 16 años, hace mucho, mucho), Ry Cooder, Jackson Browne, Pete Yorn, Bob Dylan, Bruce Springsteen, Pixies, Billy Bob Thornton,...

Un día, alguien, a mi lado, lloró mientras escuchaba su versión del "Knockin’ on heaven’s door", y no me extraña. Aunque aquella vez tal vez fuera mi culpa. Lo siento. Pero yo lloro (un whisky ayuda) mientras suena "Keep me in your heart".

Yo lo hago. Y terminar un disco de esta manera, es todo un sueño.



Suena la corriente: "El amor de mi vida" - Warren Zevon

jueves, 23 de septiembre de 2004

No me gusta que me maten

Paseaba por una especie de parque, no tengo muy claro si era al aire libre o cerrado. Había bastante gente, pero tampoco recuerdo si se celebraba algo especial o simplemente era una multitud paseando sus rutinas.

Empezaba a dar vueltas en la cama. Me suelen agobiar las multitudes. Nada importante, problemas míos con la raza humana.

De repente decidí que me marchaba y me dirigí hacia una especie de salida, sin concretar si era una puerta o una desembocadura en una calle de dimensiones grandes.

Me sentía más relajado. Iba hacia espacios más respirables.

Me crucé con un grupo de gente. Estaban como en corro. Y sin saber por qué, les mantuve la mirada. Y algo debí ver. Porque desde ese momento, sabía que estaba en problemas.

Mis movimientos en la cama los imagino más convulsos, a tenor del estado en que estaba el edredón.

Comencé a caminar a paso más rápido, casi corriendo. Instintivamente, subí por una escalera, y decidí esconderme tras el posamanos. Un coche, a buena marcha, se dirigía hacia el lugar donde me encontraba, y pasó bajo la escalera.

Gotas de sudor empezaron a empapar mi frente. Supongo. La almohada estaba mojada.

Me incorporé tras el posamanos, y ya fuera del coche, el grupo con el que me había cruzado antes me miraba desde abajo. No se si en un acto reflejo de una valentía inexistente o de una cobardía suicida, bajé por las escaleras hacia ellos. Este malentendido había que aclararlo. Realmente no tenía ni idea de qué coño es lo que había visto que estuvieran haciendo.

Supongo que el corazón latía más fuerte de lo normal. Intuía que algo iba mal. Muy mal.

A medida que me aproximaba a ellos, sabía que estaba en serios problemas, pero algo me empujaba a seguir de frente. Por otro lado, no había manera de salir corriendo.

Aún ahora mismo, odio no haberme despertado en este preciso instante.

Sin mediar palabra, un tipo con barba rala saca de entre su camisa un periódico y lo pone frente a él. Sé que detrás de esas hojas impresas hay algo. Puedo escuchar el ruido del percutor mientras se levanta.

Bang. Bang.
Joder, vaya estropicio, en todo el estómago.
Estoy muerto.



Suena la corriente: "Bang Bang" - Iggy Pop

miércoles, 22 de septiembre de 2004

El nuevo profesor

Hola mami.

La seño nos ha mandado hacer una redacción sobre los nuevos profesores que tenemos este año en el cole.

Hay uno que nos ha asustado mucho. Es un señor bajito (nos han dicho que no nos oiga, que creo que le molesta mucho), con bigote, y que todo el rato pone los pies encima de la mesa.
Habla como si estuviera enfadado con nosotros, no entiende cómo no podemos entenderle, y tiene un acento rarísimo. Nos ha contado que un señor muy malo que va haciendo daño a todo el mundo lleva más de mil años peleando contra él, pero que él es un caballero muy fuerte y que lleva mucho tiempo peleando por el bien de su religión y de su país, y que aunque es muy viejo, va en tren y en avión. Bueno, creo que no le hemos entendido bien, pero es que es un tío muy raro, ya te he dicho.

También dice que solo hay un señor muy fuerte y muy listo, tanto que tiene mucho dinero y mucho petróleo, y que es tan fuerte que pelea para tener más dinero y tan listo que hace creer que lo hace por los demás. Todos los que no están con él, son malos, y además dice que le habla dios durante el desayuno, o algo así. Ya sabes que no le entiendo muy bien.

Nos cuenta que le han robado, que el tenía una cosa muy bonita, que le hacía sentirse muy bien y muy fuerte, pero que vino un señor con zapatos, se montó en un tren con unos moros, y le robaron todo. Y encima nadie le defendió. Creo que quería darnos pena.

Alonsito y yo le llamamos a este nuevo profesor "el bisagra", porque creo que se está todo el día agachando delante del dire.

Pero tengo que decirte que me da miedo.
Me gustaría que papá y tú me sacarais de aquí. Ya se que decís que es por mi bien, pero eso mismo dice el profesor nuevo.



Suena la corriente: "No guru, no method, no teacher" - Van Morrison

lunes, 20 de septiembre de 2004

Los huevos de Steve

Imagino que escribir una letra como la que transcribo a continuación tiene que ser arriesgado, tal y como están las cosas:



I used to listen to the radio
And I don’t guess they’re listenin’ to me no more
They talk too much but that’s okay
I don’t understand a single word they say
Piss and moan about the immigrants
But don’t say nothin’ about the president
A democracy don’t work that way
I can say anything I wanna say

So fuck the FCC
Fuck the FBI
Fuck the CIA
Livin’ in the motherfuckin’ USA

People tell me that I’m paranoid
And I admit I’m gettin’ pretty nervous, boy
It just gets tougher everyday
To sit around and watch it while it slips away
Been called a traitor and a patriot
Call me anything you want to but
Just don’t forget your history
Dirty Lenny died so we could all be free


Ese pensamiento único de extrema derecha que desde los Estados Unidos (con la inestimable ayuda de monaguillos de tres al cuarto, pero peligrosos, muy peligrosos) tachará esas letras de satánicas, obscenas, injuriosas, antipatriotas, propias de algún joven punk antisistema, de alguien sumido en el marginalismo social, de algún compañero de viaje de Bin Laden.

Bien, tiene casi 50 años, ha crecido en el profundo Texas, grabado con las mayores luminarias de Nashville, compuesto música con profundas raíces americanas, creado sabrosas rodajas de country y rock.

Steve Earle ama profundamente su país, su cultura y su música, pero odia lo que está pasando. Y sabe expresar lo que muchos sentimos. De sobra lo demostró en su anterior "Jerusalem", describiendo el estado anímico en que quedó su país tras el 11-S (aunque desde una perspectiva distinta a la oficial, claro está).

No tengo ni idea cómo puede estar funcionando comercialmente su nuevo martillazo a las conciencias "The revolution starts... now", pero mira, casi que me lo imagino. Aunque yo pienso desgastarlo, y a conciencia.
Gracias, amigo; huevos, desde luego, te sobran.



Suena la corriente: "The revolution starts... now" - Steve Earle

jueves, 16 de septiembre de 2004

Johnny Ramone (8 Octubre 1948 - 15 Septiembre 2004)


Huérfanos.
De nuevo.
Una vez más.



Suena la corriente: "Beat on the brat" - Ramones

miércoles, 15 de septiembre de 2004

Oigo caras, veo voces

Os voy a contar una cosa. Sí, soy una puta estrella del rock. Pero además es que soy un jodido genio. No sé si os habéis dado cuenta de ello, pero yo lo tengo muy claro. Soy lo que se dice un autor prolífico, y además el porcentaje de jodidas bellezas que salen de entre las cuerdas de mi guitarra es altísimo.

Y bueno, los mamones de los críticos andan ahora cabreadillos conmigo, pero qué más da. Aún guardo las alabanzas sin fin que escribían cuando me consideraban la estrella emergente de lo que habían etiquetado como alt-country.

Qué tiempos aquéllos de los jodidos Whiskeytown. Y además, por si no lo sabéis, en el argot de mi ciudad Whiskeytown es la manera que tenemos de decir que uno se está emborrachando. Porque en mi calidad de estrellona, me encanta emborracharme. De hecho, me pasaría el día bebiendo, fumando, al fin y al cabo, de eso se trata, no, sexo, drogas y rock&roll. Y siempre ha sido así.

Vamos, que el otro día di un concierto en una ciudad por Europa, no sé muy bien, está nebuloso, pero creo que era Vitoria, casi como la de los Kinks, o algo así. Quince minutos de inicio cojonudos. Los palurdos no daban crédito. Pensaban que me iban a ver en plenitud. Abrid vuestras jodidas mentes. Que soy una jodida estrella. Y claro, empecé a escuchar voces, a ver cosas raras, y me di cuenta, que sí, Ryan, que tú no eres el cabronazo del Bryan, y estos jodidos aldeanos tal vez no lo sepan.

Ah, y esta mierda de músicos que me acompañan, qué coño se han creído. Paso de ellos, paso de vuestra jodida cara, paso de todos. Yo lo que quiero es emborracharme. Yo lo que quiero es seguir siendo una estrella. A ver si pueden seguirme.

Recordad esos quince minutos. Recordadlos y moriros. O vivid para contarlo.
Os quiero, aunque vosotros a mí no.
Fucking crazy man.
Estoy jodidamente chalado.
Como vosotros. O no?



Suena la corriente: "La Cienaga just smiled" - Ryan Adams

lunes, 13 de septiembre de 2004

Sabores (agridulces) vividos

Me acurruco en la cama, y deseo que lleguen ya los días en los que el fresco te reconcilia con una buena manta. Y pienso en los recuperados besos de Ella, preguntándome cómo es posible pasar tantos días sin su sabor. Y pienso en que mañana escribiré algo sobre el Azkena Rock recién vivido, acaso comparándolo con el del año pasado.

Y me duermo con unas guitarras dando vueltas por la cabeza, con el dulce placer que un tipo me ha hecho sentir, con la idea de que Matthew Sweet, él solito, ha merecido todo un fin de semana, que ha sido uno de esos conciertos que son capaces de estremecerme. Y sigo pensando que mañana debo escribir algo sobre ello. Y ya en sueños, se cuelan canciones de Josh Rouse, de Lanegan, de Fun Lovin’ Criminals, de Jonny Kaplan, de Silos (cómo poder olvidar "The Only Love), de Screamin’ Cheetah Wheelies y de Violent Femmes. Y se cuelan las gigantescas imágenes de unos cantantes que se echan de menos, demasiado de menos, en viejas glorias como MC5 y los Groovies. No, ya no pueden ser los mismos.

Y ya avanzada la noche aparecen por esos pasillos oníricos gente, mucha gente a la que he vuelto a ver, con la que he recuperado tiempos perdidos. Gente a la que he conocido, y a la que todavía debo tiempo, mucho más tiempo del otorgado, para disfrutar del Cielo Vacío.

Y casi al despertar, aún en esa duermevela deliciosa, en la cabeza, venga, escribe sobre lo bueno y lo malo, como el año pasado, un comentario para cada uno, reparte tu justicia, juega a crítico.

No, este año no. Ya está vivido. Ya está contado.



Suena la corriente: "In reverse" - Matthew Sweet

jueves, 9 de septiembre de 2004

Aguacero

¿Será que el mundo se ha convertido en un remanso de paz, sin guerras, sin muerte, sin malnacidos? ¿Será que el sol brilla todas las mañanas? ¿Será que el trabajo es maravilloso, distendido, relajado, bien pagado? ¿Será que mi vida ha entrado en un periodo de excitantes actividades sin fin que no me dejan un minuto libre? ¿Será que en vez de sentir el cielo desplomado sobre mi cabeza, levito de gusto en cuanto abro un ojo temprano en la mañana?

¿O será, por el contrario, que mi discutible intelecto aún no ha asumido el fin de las vacaciones y ha decidido estar más perezoso de lo habitual?

Supongo que la explicación al cada vez mayor espaciamiento entre escrito y escrito en este río es más prosaico. Pero al fin y al cabo, como Capitán de la gabarra, tengo el derecho a marcar los nudos.

Así que bueno es sentarse a ver pasar el aguacero.

Tal vez este fin de semana, el Azkena Rock Festival logre despejar los nubarrones que puedo apreciar en el horizonte.



Suena la corriente: "Clouds" - Buffalo Tom

sábado, 4 de septiembre de 2004

Popeye satisfecho

Durante este corto (cortísimo) periodo de vacaciones por fin le he hincado el diente al libro "Rolling Stones. Los viejos dioses nunca mueren" de Stephen Davis que tenía aparcado desde hace tiempo. Y no, no quiero hablar de la deleznable traducción (porque he de suponer que su original inglés tendrá mayor respeto gramatical).

Que a los Stones, empezando por el propio Keith Richards, nunca les gustó "(I can't get no) Satisfaction" es algo que ya era sabido. Pero desconocía los sabotajes internos que ya empezaban a producirse.

El siempre magnético y llorado Brian Jones cada vez estaba más a disgusto con el alejamiento estilístico que se iba imponiendo respecto a su primigenio e incendiario rhythm & blues. Y odiaba esa canción. Cuando cerraban sus conciertos con ella, utilizaba su guitarra o su armónica para atacar con una contramelodía de fondo, que para él era a lo que sonaba Satisfaction: Popeye el marino soy... (siempre he pensado que el ácido de aquella época debía ser gloria bendita). Ver cómo Mick y Keith se subían por las paredes del cabreo debía ser impagable.

Hoy, Ella, desde el exilio que nos separa, me ha mandado al móvil la melodía de Popeye, que ya siempre sonará cuando sea el suyo el que me llame. Teniendo en cuenta que siempre he considerado a las espinacas del marino tuerto como el primer caso de doping publicitado, busco por los altillos de mis armarios mi vieja armónica, para "contramelodear" a labio batido.

Y alguien me grita "abuelo, bájese de la escalera, que se nos va a desgraciar!".

Y que quede constancia que a mi, la versión primitiva, la del 65, me encanta (no, por nada, no sea que el bueno de Kizz se me soliviante y emprenda acciones extrajudiciales).



Suena la corriente: "Singles Collection: The London Years" - Rolling Stones

jueves, 2 de septiembre de 2004

Entradas

Mis entradas siempre son vagas, lentas, ojerosas, irritables, despreciables. Y esta no iba a ser distinta.

El trabajo se empeña en recuperar su perdido estatus de caníbal, devorando todo atisbo de relajación para un inicio prudente. Los periódicos te ofrecen su habitual ración de sangre, muerte y miseria. Tu gente aún trata de desperezarse enfrentándose a demonios no muy distintos a los tuyos. Y para colmo de males, Ella aún no ha entrado y sigue lejos.

Te aferras a imágenes y sensaciones vividas y deseas que la rutina acampe cuanto antes, con la misma intensidad con la que la rehuías hace apenas unos días. Y te marcas objetivos pequeños, estúpidos, pero que ayudan (joder si ayudan): guitarras próximas, encuentros esperados, besos futuros, risas no forzadas...

Vamos, que una piltrafilla es lo que parezco.
Y para terminar de joderlo, mis "adorados" Bush, Blair y Aznar siguen libres.
Venga, calma, calma, que no veas qué invierno me espera.

Y alguien me grita "abuelo, deje usted de murmurar, que ya está la cena!".



Suena la corriente: "Waiting" - The Skeletons