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jueves, 27 de enero de 2005

¡Fumo, fumo muchísimo!

Cuando reviso aquella joya de la comedia que aquí llamaron con un sonrojante "Con faldas y a lo loco" (Some like it hot, 1959), del genio entre los genios Billy Wilder, siempre disfruto con las explicaciones que un Jack Lemmon travestido en la simpática Daphne, trata de dar a su enamorado Osgood (Joe E. Brown). Aquello de -he de ser sincera contigo, tú y yo no podemos casarnos, -¿por qué no?, -pues primero porque no soy rubia natural, -no me importa, -tengo un horrible pasado, estoy viviendo con un saxofonista, -te lo perdono, -nunca podré tener hijos, -los adoptaremos, -no me comprendes, Osgood, soy un hombre, -bueno, nadie es perfecto.

Y sobre todo, aquéllo de (me lo he saltado, dejándolo para el final, licencias que me tomo) -y fumo, fumo muchísimo, -te lo perdono. Siempre me ha encantado esa frase y toda esa conversación, supongo que por lo que pudo significar (más en aquella época).

Ahora que mi querido Rouco Varela (lo siento, es que soy de ideas fijas) nos ha esclarecido que en "Madrid se peca masivamente", pues no está de más hacer esta confesión (ya que he vivido muchos años en Madrid y puedo haber contribuido a la extensión del mal por toda la ciudad).

Y es que yo fumo, fumo muchísimo, bebo, bebo muchísimo, me drogo, me drogo muchísimo, me masturbo, me masturbo muchísimo, follo, follo muchísimo, me bajo música de Internet, me bajo muchísima, voy a conciertos de rock, voy a muchísimos, me río, me río muchísimo, vamos, que peco, peco muchísimo.

Bueno, vale, venga, igual no todo es tan cierto, pero es que miento, miento muchísimo.

Y ahora que me doy cuenta, esa escena igual puede pasar como un primer intento de matrimonio entre hombres.

¡Laico, que no soy más que un laico!



Suena la corriente: "Matt Sharp" - Matt Sharp