"Me estoy sintiendo tan a gusto que me fumaría un porrito".
Vamos, una nadería. Así, tal cual. Yo podría haberlo dicho. Tú también. Y él. Y ella. Sí, ya sé, hay quién se llevaría las manos a la cabeza. Quien piensa que esta relajación de las costumbres y la moral es la antesala para otros vicios mayores. No sé yo si los suyos son menores.
Calamaro, ese argentino errante, creador de grandes melodías y sentidas letras, ínfimas melodías y sinsentidos varios. Como todos. Nadie es perfecto siempre. Y unos se rayan más que otros.
Él también podía haber dicho esa frase. La dijo. En La Plata, Argentina. Y hay quien piensa que esa relajación no es admisible. A la cárcel con él. Incita al consumo de drogas. Por ahí no pasamos. Nuestros 100.000 jóvenes son estúpidos y harán lo que les diga su ídolo. Dios mío, un porrito. 6 años de cárcel. Ni más, ni menos. Es posible. No seguro. Fue sobreseído en su día. Pero hay que intentarlo de nuevo.
No dudo que esa Asociación no haya leído una sola letra del pibe.
Por cierto, ¿conocerán a Andy Chango?
¿Vendrán contra mí?
¿Empiezo a temblar?
Suena la corriente: "Honestidad brutal" - Andrés Calamaro