Que no, amigo, que no se trata de eso. Sacar un disco con un puñado de los artistas más conformistas del país realizando versiones de clásicos de la música brasileña y bajo el título "Samba pa ti" no deja de ser una simple operación de marketing, uno de esos palos de ciego que la industria musical acostumbra a dar en busca de su (improbable) salida del túnel.
No creo que ni una sola de las personas que se acerquen a este engendro y escuchen esas canciones por primera vez, acudan a las fuentes de dicha música. Sea usted más arriesgado, reedite incunables, con un buen libreto, un formato atractivo y a buen precio. Pero claro, eso exige imaginación y huevos. Y eso escasea.
Que gente como Lucrecia, Alejandro Sanz, Café Quijano, Rosario y demás quieran hacerme creer que adoran estas canciones (aunque su objetivo, no tan oculto, sea la autopromoción) me la trae floja. Que vendan millones de rodajas no indica más que el páramo de orejas sordas que florece por todos lados.
Porque vamos a ver, ¿alguien piensa que "esos tales Presuntos Implicados" arriesgarán algo, aunque sea una pizca, en su versión del Corcovado? Que la niña (ya bastante señora) tenga una bonita voz no le presupone adicción al riesgo. Supongo que jamás se acercará a lo que una vez hizo Javier Corcobado con su casi homónima canción. Pero claro, el riesgo es de los (dignos) perdedores.
Solo me quedo con una frase dicha por el pobre Antonio Vega (metido en cualquier sarao con tal de ganar unos euros para…, ejem, dejémoslo) hablando sobre esta música del cielo: "tiene ese juego armónico que siempre invita a imaginar".
Imaginación, justo lo que falta en estos bodrios.
Venga, si lo quieres regalar, ya sabes.
Suena la corriente: "Corcovado" Elis & Tom