Glups!
Lo admito, últimamente he sido muy malo. Bueno, realmente lo soy casi siempre. Siempre pecando. De palabra, obra y omisión. Malos pensamientos, ah, de esos casi me alimento a diario. Música pagana, habitual (bueno, algún gospel de vez en cuando, ¿eso influye en el debe o en el haber?). Sin ir más lejos, ahora mismo mis altavoces escupen el Transformer, con el perro viejo Lou Reed en la portada, con esa pinta de estar presto para una de esas bodas que estos días tantas lindezas están produciendo. Eso sí, en una Limited Edition Digipack recién adquirida esta tarde.
Pero es que, ¿a quién se le ocurre abrir una nueva tienda de discos (con la que está cayendo) de importación, con cosas bastante sabrosas (puedo jurar que no había absolutamente ninguna novedad), y justo al lado del portal de mi casa? Santo cielo, creo que es la penitencia que me está siendo impuesta.
Porque no sólo es mi humanidad pecadora. Es que también estos escritos, bien cierto que impelidos por la actualidad, han mostrado en los últimos tiempos un inoportuno cinismo al tratar los temas de la Santa Madre Iglesia.
A lo que voy. Pego una ojeada a esas estadísticas (martillo de vanidades) para ver qué extrañas búsquedas pueden haber acercado hasta esta barcaza a algún incauto.
Y ahí está, frío como el infierno (que el calor es gozoso, me digan lo que me digan).
"Web de anticristianismos".
¿Cómo? No puede ser. Acudo a San Google a comprobarlo.
Cielos, es cierto. Y no sólo eso. Es que soy el único resultado de la búsqueda.
Pero, pero, ¿cómo, cuándo, por qué? Si simplemente remite a un post que dediqué a mi querido Bush.
Y creo que no voy a pegar ojo. Conociendo los antecedentes en eso del Santo Oficio del actual presi del Vaticano, lo llevo claro.
Prometo largarme (con Ella, siempre) a meditar a algún lugar tranquilo y reservado este fin de semana. Que me sirva de algo.
Suena la corriente: "Transformer" - Lou Reed