Elegí la foto como simple apoyo a un texto (al fin y al cabo, así hago con todas). Un corto buceo por internet, una foto que me guste, que tenga algo que ver con lo escrito (o a veces, nada), y si es de una fuente identificable, el nombre del autor sobreimpreso en etiqueta.
Pero esta vez no. Estaba desnuda, sin más información, acompañando a unas palabras sobre Golden Smog. Ahí, elegida al azar, desnuda, y bonita.
Recibo un correo de alguien querido (y necesario) en esta barcaza. La fotografía está enlazada con una parte de su historia. Minneapolis (Minnesota). Un club histórico. Como bien dice, "pide a gritos ser templo".
Investigo, buceo de nuevo, y encuentro. Estamos hablando del First Avenue, una de las salas de conciertos clásicas de la ciudad. Local que nació como estación de autobuses (la clásica entre las clásicas, la línea Greyhound, mirada al infinito en cabeza apoyada sobre el cristal, siempre la misma imagen, los autobuses me ponen triste), y que desde los 70, con diversos nombres, se convirtió en uno de los epicentros musicales, donde Prince tuvo mucho que ver.
La lista de gente que ha pasado por sus escenarios es simplemente una muestra impresionante de la historia de los sonidos que nos dan vida. Imposible resumirla.
La foto que elegí hace unos días ha marcado su identidad. Ha enlazado vidas distintas, ha mezclado textos, palabras y sentimientos.
Ha gritado.
O al menos eso es lo que me creo.
Ya se sabe, un clavo ardiendo...
Suena la corriente: "Beware of the dog" - Hound Dog Taylor