Es por ese ansia de poner etiquetas. Tal vez así se justifiquen sueldos. De quienes las ponen (ponemos, aunque sin sueldo). Tal vez también ayuden a quienes escuchan (o quieren escuchar, aunque no conozcan).
A mediados de los 80 y se llamó Paisley Underground. Pero agrupaba gente que bebía de la psicodelia sesentera, del revival garagero, de los grandes padres (Dylan, Young,…). Gente de sabores agridulces, de armonías y letras amargas. Dicen las crónicas que algunos después redescubrieron las raíces americanas (como si las anteriores no lo fueran), y engrosaron igualmente las filas del Nuevo Rock Americano. Etiquetas, más etiquetas.
Disfruté mucho a Green on Red. Sean de la sección que sean, de la facción que fueran. Tenían sus raíces, y sabían plasmarlas. Tenían intensidad (esa era la palabra, esa era la etiqueta que decidí para ellos). Por allí estaban Dan Stuart, el gran Chris Cacavas, que luego acompañaron a gente como Danny & Dusty, como Giant Sand, como el enorme Steve Wynn. En fin, son nombres únicos, todos revueltos, todos en solitario, pero siempre dejando sus gotas de pasión en lo que tocan.
Y por ahí estaba también Chuck Prophet. Una guitarra para extraer gotas de sangre. Elegancia y fuerza. Por supuesto, como sus compañeros, colaboró con alguna gente. Nada, poca cosa, gente como Paul Collins, The Silos, Jim Dickinson, Smash Mouth, Warren Zevon, Jonathan Richman,…
Esto parece un desfile de nombres. Alguno pensará que simples segundones. No es lo mismo segundón que secundario. Ni en cine ni en música. Pero todo va según gustos. Los segundos para unos son primeros para otros. Para mí son más que primeros.
Y esta gente toca, y si es posible en escenarios de los que comentaba "ayer", de esos de sudor y energía. Porque Chuck Prophet está pisando estos días Madrid, Santoña, León, Oñati… Sin estadios. Con sentido. Con nuevo disco (gran disco).
Pues eso, que harto ya de estadios y colas, nada mejor que volver a sudar.
A mediados de los 80 y se llamó Paisley Underground. Pero agrupaba gente que bebía de la psicodelia sesentera, del revival garagero, de los grandes padres (Dylan, Young,…). Gente de sabores agridulces, de armonías y letras amargas. Dicen las crónicas que algunos después redescubrieron las raíces americanas (como si las anteriores no lo fueran), y engrosaron igualmente las filas del Nuevo Rock Americano. Etiquetas, más etiquetas.
Disfruté mucho a Green on Red. Sean de la sección que sean, de la facción que fueran. Tenían sus raíces, y sabían plasmarlas. Tenían intensidad (esa era la palabra, esa era la etiqueta que decidí para ellos). Por allí estaban Dan Stuart, el gran Chris Cacavas, que luego acompañaron a gente como Danny & Dusty, como Giant Sand, como el enorme Steve Wynn. En fin, son nombres únicos, todos revueltos, todos en solitario, pero siempre dejando sus gotas de pasión en lo que tocan.
Y por ahí estaba también Chuck Prophet. Una guitarra para extraer gotas de sangre. Elegancia y fuerza. Por supuesto, como sus compañeros, colaboró con alguna gente. Nada, poca cosa, gente como Paul Collins, The Silos, Jim Dickinson, Smash Mouth, Warren Zevon, Jonathan Richman,…
Esto parece un desfile de nombres. Alguno pensará que simples segundones. No es lo mismo segundón que secundario. Ni en cine ni en música. Pero todo va según gustos. Los segundos para unos son primeros para otros. Para mí son más que primeros.
Y esta gente toca, y si es posible en escenarios de los que comentaba "ayer", de esos de sudor y energía. Porque Chuck Prophet está pisando estos días Madrid, Santoña, León, Oñati… Sin estadios. Con sentido. Con nuevo disco (gran disco).
Pues eso, que harto ya de estadios y colas, nada mejor que volver a sudar.
Suena la corriente: "Age of miracles" - Chuck Prophet