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miércoles, 13 de julio de 2005

Días de asueto

Transparentes, para ser vistos por el viento en su pausada carrera. ¿Pero acaso eres capaz de sentir que el viento existe? Tiene que existir, en algún sitio estará escondido, esperando nuestro despiste, para azotar el rostro. Una y otra vez. De momento derrítete y desnúdate.

Que aquí ya está todo dicho. La jaula toma la ciudad. No, no quiero fotos. Porque quiero olvidarlo. No quiero los muros. Quiero marchar ya.

Y el Vaticano pide delito penado para el cliente del sexo de pago. Sexo sin amor, dicen unos. Amor de pago, dicen otros. Porque también se puede amar en camas de tránsito. Y ellos saben que no hay burdel de postín sin cura arrabalero entre sus clientes. Habla la voz de la experiencia (la de ellos, que es mucha).

Y todos se sorprenden. ¡Vaya con el vecino! Era un ser encantador. Simpático, bueno, trabajador, religioso. En esta sociedad de múltiples caretas, cada vez es más fácil el teatro. Algo se rompió hace tiempo. Todos perdemos.

Dices, pues vaya con las noticias, da gusto. Yo pongo música (hoy estoy raro) y me dedico a olvidar. Invadidos por la modorra y la nostalgia. Hasta el escribir es inconexo. Nada que decir. Nada que contar. En la escalera huele a coliflor recién hecha. Con gusto la rehogaba con unos ajos.

Ya nos vamos. Veremos si el barco queda varado o lo visitamos de vez en cuando. Entre trago y trago.

Que el viento sople.
Y que nos den.



Suena la corriente: "Dead man" - Neil Young

lunes, 11 de julio de 2005

El ventilador

Ya con las vacaciones a cinco días vista (menos, cada minuto que pasa), uno empieza a sentir un relajo por el que se deja llevar. Y en todo se nota. Incluso en estos papeles, que empiezan a extenderse por la mesa cargados de pereza, mientras el barco cada vez se detiene mayor tiempo en puerto, holgazaneando de taberna en taberna, compartiendo trago con músico de garito cutre, con mosca de bar, con borracho de barra.

La semana terminó con nuevas noticias sobre la irracionalidad de la existencia del ser humano. Irracionalidad aumentada por el desgarro de vestiduras ante lo que pasa en nuestras puertas, y la indiferencia ante lo que pasa en puertas lejanas. Uno se acostumbra de tal manera a nuestros abismos, que hablar de civilizaciones, ya sea para que choquen o se encuentren, me produce risa.

Así que ahí sigo, con cara de tonto. Viendo como cerca descargan Sonic Youth, pero prefiriendo estar junto a pieles más cercanas. Viendo como algo más lejos descarga Brian Wilson, pero prefiriendo estar junto a pieles más vivas.

Y soñando ya con decir, hasta aquí hemos llegado. No doy para más.

Joder, y nos vas a dejar sin la pregunta de marras?
No, qué va. Ahí va:
Oye, ¿y Acebito qué dice, te ha vuelto a llamar miserable?
Yo ya no escucho a los que demuestran ser lo que dicen.

El ventilador, ya se sabe. Distribuye aire, y congrega mierda.



Suena la corriente: "Daydream nation" - Sonic Youth

martes, 5 de julio de 2005

No pierdas el ritmo

Mira niño, que la música también habla. Y generalmente dice más que cientos de discursos. Que allá dónde vayas, mantengas los poros abiertos, te empapes y estés dispuesto a mover los pies. Baila con todas tus ganas. No olvides que el garito más oscuro de Santiago de Cuba siempre tendrá más luz que cualquier sol.

Niño, mantén los oídos atentos, y déjate llevar por el sonido de una trompeta. Allá donde veas sudor, piensa que son las lágrimas del alma, que goza al son del ritmo. Y no olvides que en cualquier burdel de Nueva Orleáns hay más vida que en miles de risas vacías.

Tú ya sientes que cuatro locos aporreando sus instrumentos son capaces de hacerte volar. Más que la mayoría de los libros. Más que la mayoría de los cuentos. No te creas que todo lo que te venden es cultura. Tus mayores saben mucho de mercado, su dios.

Sigue con tu mirada los ojos de un negro. Dos metros de humanidad, con las venas del cuello a punto de reventar y un saxo en las manos. Esos ojos te marcarán el camino más que cientos de catecismos.

Déjate llevar, niño, que todo se andará. No sueltes tus baquetas. Sopla esa armónica.
Y silba.
Y baila.
Y suda.
Son los otros los que están muertos.

(Para A. No pierdas el ritmo)



Suena la corriente: "El trombón majadero" - Generoso Jiménez

domingo, 3 de julio de 2005

Hablando sin palabras

Hay días en que sin proponérnoslo, nos hablamos sin palabras.

No nos importa que los artistas con más doble cara del planeta se den autobombo pensando en África. Tal vez sean sinceros. Pero no consigo creerles.

La música la ponemos nosotros. La nuestra, la de los que cantan y crean para nosotros. Porque tú sabes que eso es así.

Y unos cafés, unas manos, unas camisetas, unas miradas, nos bastan. No necesitamos más.

Ni menos.
Claro.



Suena la corriente: "Static transmission" - Steve Wynn