Este barco vuelve a navegar por ríos conocidos. Han pasado apenas dos horas desde que un avión depositó en las manos de Ella un cuerpo maltrecho y una mente cansada. No es lo mismo viajar sólo por placer. No es lo mismo viajar sólo por trabajo. Trato de absorber los pocos tiempos que me deja lo segundo para deleitarme con lo primero. Ansia de ver. Ansia de oler.
Pero al final, la falta de minutos de respiro se deja notar. México ha pasado como una exhalación. Pero el cuerpo ha respondido de manera cansina. La mente estaba en otra cosa. En Ella y su familia. Tiempos difíciles en los que solamente quieres estar con los que quieres.
Pero estás lejos, a miles de kilómetros. Y aún así, has encontrado huecos para mojarte en el Zócalo, para empaparte de sonidos rancheros, para mancharte las manos con tacos y quesadillas, para escuchar el caos, para sentir el pulso, para disfrutar los colores. Porque México es color.
Y el cuerpo se revelaba. Irascible. De mal humor. De malos humos. Y México se me ha escapado como una exhalación. Aunque sé que me espera. Para otra visita. Para otro abrazo.
Llegas y te abrazas a Ella. Y le susurras que todo va a salir bien. Porque es lo único que quieres. Porque tienes la certeza de que va a salir bien.
Y poco a poco te vas haciendo a la nueva realidad, que era la tuya, pero habías dejado estancada. Y sabes que hay gente que ya no está.
Odiado y amado. Kike Turmix ya no está. Se ha ido con sus guitarras a otra parte, donde a buen seguro seguirá armando bulla, seguirá siendo odiado y amado. Malasaña queda coja. Deba queda cojo. Bilbao queda cojo.
No puedo decir que le conocía. Pero siempre nos saludábamos. A él le llamaba Mutriku. A mí, Zarautz. Por razones obvias. Nosotros le decíamos simplemente Kike. Pero volver a Malasaña y no encontrarle va a ser raro. Va a ser triste.
Le mezclo con mis cosas. Con mis viajes. Con Ella. Pero así quiero que sea. Porque soy consciente que al final también formaba parte de lo mío, de mi música, de una parte de lo vivido.
Odiado y amado. Discutido. Pero recordado. Y fue casi al final, pero dio tiempo a saborear un tequila en su honor.
Por el Gordo!
Suena la corriente: "Nos van a desinfectar" (Poch) - The Pleasure Fuckers
Vivido en México.
Navegado en casa.