lunes, 4 de septiembre de 2006

Memoria anclada

Y llovió, llovió mucho.

Supongo que no lo puedo evitar. Pero Santiago es historia reciente y ya eterna. Es una mezcla de sentimientos por lo que pasó y cómo pasó.

Vas directamente al Palacio de la Moneda. Y piensas que pisas el suelo donde la inmundicia humana sacó lo peor de sí. (...)


Y la melodía se repite una y otra vez. Yo pisaré las calles nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentada… Preferiría que me viniera a la mente Víctor Jara. Ah, lugares comunes...

Es domingo tarde y el sol calienta los últimos fríos del invierno y los últimos soplos de Los Andes. Y hay cientos de personas en todas partes, tumbadas en los parques, comiendo en las parrillas, en los mercadillos del centro, entre los puestos de pescado y los chiringuitos del Mercado Central, en los cafés atendidos por señoritas con más piernas que falda, riendo las gracias de los mimos, en las terrazas de Bellavista donde Neruda construyó su guarida secreta para compartirla con su amante (la ciudad rezuma la vida del crápula bebedor por los cuatro costados y las cien bocas).

Cientos de personas, todo Santiago en la calle, al sol de un día de descanso, cada una con sus problemas actuales, los de hoy y mañana.

Y ahí paseo yo, con los míos y la memoria anclada en hace más de 30 años.

Aunque ahora aquí estoy, en Lima.
Pero no cumpliré ni 24 horas.

Existe el tiempo? Y ahora no hablo de la lluvia...


Suena la corriente: "Yo pisaré las calles nuevamente" - Pablo Milanés

Navegado en Lima, Perú

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