Tequila y sangrita

Leo en el periódico (siempre husmeando adioses) que ha muerto Danny Flores, también conocido como Chuck Río. Y supongo que haber compuesto un clásico entre los clásicos le otorga un pedestal donde sea que haya que ponerlos, si es que hay que hacerlo.

Y poco importa que realmente fuera un one hit wonder. Tequila ha sonado cientos de veces en cualquier fiesta que rezume sudor y rock, garaje latino y fiesta, candor y maldad sana (y malsana). (...)

Sin embargo, no escucho ahora mismo Tequila. Ni lo bebo. Aunque ahí lo tengo, con su correspondiente botella de sangrita al lado. Ya lo haré en apenas siete días, en que este feriante perenne en que me he convertido cruzará el charco otra vez, a ver qué nuevas se cuenta el Obrador por el Zócalo.

Y es que aunque me den grima los discos de grandes éxitos, aquí estoy con el que me ha llegado (bendita Internet) de Chris Isaak (que el viejo Chuck me disculpe, desde su pedestal). El rockero sensible, el tupé de voz aterciopelada con el que siempre he tenido más de un tira y afloja. Voy del todo a la nada con él. Y ahora, escuchando la selección que otro, o tal vez él, ha hecho, recupero viejos recuerdos, y me pregunto por esa estúpida manía de no creerme muchas cosas. Demasiadas. Y esa otra, igual de estúpida, pero de regusto agradable, de beber con más placer cuando no todo el mundo bebe (y no hablo de pepinillos en el gin-tonic, por el amor de dios y de alá juntos).

Pues eso, que me pierdo muchas cosas. Pero ahora creo que sí me voy a preparar ese tequila.


Suenala corriente: "Best of Chris Isaak" - Chris Isaak