Domingo de esos que aprecio. Lluvioso, gris, encapotado, de los que no se recuerdan pasados los días. Tal vez por eso me gustan, porque su única ambición es simplemente pasar.
Ella sufre las calenturas febriles de estos días, y la música y el monotono de la radio acompañan la grisura.
Y sin previo aviso, ahí suenan esas guitarras imparables, esa bofetada de optimismo, ese ejemplo de lo que debería ser siempre un pelotazo pop.
That’s what I like about you! Desde Detroit, desde los mismísimos ochenta, cuando las cosas se prometían felices, cuando aún teníamos muchas arrugas que surcar,
The Romantics pulsaban cada una de las fibras de la urgencia juvenil. (...)