Veo asombrado cómo la estrategia, el dinero y el poder están por encima de la vida y la muerte. Políticos, periodistas y obispos (y otros elementos inclasificables) se lanzan a una orgía desenfrenada, luchando por unas vísceras que les renten réditos.
Los veo asombrado. Por su falta de pudor. No me escandalizo. Ya lo esperaba. (...)
Los veo asombrado. Por su falta de pudor. No me escandalizo. Ya lo esperaba. (...)
Nunca me tendrán de su lado. Que no me pidan cuentas, que ni siquiera me tendrán enfrente. Sé que les importa un bledo mi indiferencia. Y a mí lo que les pueda pasar.
Escucho al viejo Steve Earle. Ya, no es tan viejo, apenas 52 años. Pero vividos al filo, el camino parece más largo. Sabe mezclar susurros y gritos. Pasa de la ira al beso.
Y manda a la mierda su país.
Porque lo merece.
Me siento como él.
Pero yo no paso del asco a la caricia. Me cuesta.
Me quedo sólo con ésta.
Así que hoy vomito, y mañana me olvido de todos ellos. No me verán.
Y para siempre, de dónde eres?
De Ella.
De ningún otro sitio.
Suena la corriente: "The Revolution starts... now" - Steve Earle