Pues eso, que entre días de atascos y ausencia de palabras, ni voz ni voto se atisba en el río. Tal vez, si acaso, recoger las botellas rotas tras la escucha de los Tonos Carnosos.
Que posiblemente fueron ellos los culpables de que una noche de viernes este viejo marino (¿?) se aventurase más allá de sus dominios. (...)
Cerveza en una barra extraña y guitarras sobre un escenario es algo que últimamente, por inusual, se antoja de otra vida. Todas mis sed se aplacan embotelladas en estos días.
Fountains of Wayne llegaron y se fueron (vamos, como todos), tocaron corto y alto, me gustaron cuando se cobijaron en sus muros power-pop (las más de las veces), y no tanto cuando dieron rienda suelta a sus melodías con sonidos dance. Reconozco que su último single, Someone to love, podría hacerles escalar cualquier lista de esas que garantizan la fama. Pero es que cerrando los ojos, en disco y en directo, me recuerdan a las chiquitas esas de Dover, moviendo ahora sus esqueletos por esas pistas de dios.
Será que mi artrosis me invita más al ritmillo llevado con los pies y acompañado con un ligero movimiento de cabeza.
En fin, que en su último trabajo, Traffic and Weather, me veo obligado a saltarme tres o cuatro canciones. Y eso, querido organista onanista, en estos tiempos de uso indiscriminado del dedo índice, no es bueno, no.
Que posiblemente fueron ellos los culpables de que una noche de viernes este viejo marino (¿?) se aventurase más allá de sus dominios. (...)
Cerveza en una barra extraña y guitarras sobre un escenario es algo que últimamente, por inusual, se antoja de otra vida. Todas mis sed se aplacan embotelladas en estos días.
Fountains of Wayne llegaron y se fueron (vamos, como todos), tocaron corto y alto, me gustaron cuando se cobijaron en sus muros power-pop (las más de las veces), y no tanto cuando dieron rienda suelta a sus melodías con sonidos dance. Reconozco que su último single, Someone to love, podría hacerles escalar cualquier lista de esas que garantizan la fama. Pero es que cerrando los ojos, en disco y en directo, me recuerdan a las chiquitas esas de Dover, moviendo ahora sus esqueletos por esas pistas de dios.
Será que mi artrosis me invita más al ritmillo llevado con los pies y acompañado con un ligero movimiento de cabeza.
En fin, que en su último trabajo, Traffic and Weather, me veo obligado a saltarme tres o cuatro canciones. Y eso, querido organista onanista, en estos tiempos de uso indiscriminado del dedo índice, no es bueno, no.
Suena la corriente: "This better be good" - Fountains Of Wayne
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