Ha comenzado un nuevo año, pero en Río Rojo consideramos las fechas simples anotaciones de calendario. Así que por nuestra parte, seguiremos durante una semana más dando un repaso a discos que nos han impactado durante 2011. Y Deadman, con su Take up your mat and walk, desde luego que lo ha hecho. (...)
Seguir el rastro de Deadman es bastante confuso. Los descubrí por medio del excelente blog de Javier Pérez de Albéniz El Descodificador, y el fantástico epílogo que incluye en cada una de sus entradas, Un motivo para NO ver la televisión. Y este disco lo es.
Steven Collins comenzó en su natal Dallas a dar rienda suelta a su amor por la música americana de raíces folk y country, a principios de este siglo. En un primer momento como cuarteto y posteriormente como dúo junto a su mujer Sherilyn. Pero hacia 2008 se trasladó a Austin, desde donde ha desarrollado la formación más estable y contundente, ya como sexteto.
Take up your mat and walk se ha publicado primero para Europa, ya que es en los países nórdicos donde han encontrado mayor y mejor acogida (ya sabemos que en muchas ocasiones, el destino del rock americano tiene su meta en la achacosa Europa). Y está trufado de auténticas joyas, pulido con gotas de clasicismo rock, ecos dominantes de The Band, guiños a Dylan y Springsteen, amor por Neil Young y Little Feat, rock sureño vestido con sombreros Stetson y melodías eternas.
Es excesivamente mimético? Cierto que en algunos casos (Ain’t no music, por estructura e incluso voz podría ser una pieza más, y no menor, del Devils and Dust de Springsteen) así lo parece, pero suenan las líneas melódicas de This old world’s not gonna change o I’m not who you think I am, o toda la banda engrasada en If I lay down in the river, y no me preocupo en absoluto por esas disquisiciones.
El placer que me han producido a lo largo de este final de 2011 no tiene nombre. Y eso es más de lo que muchos pueden ofrecer.
Seguir el rastro de Deadman es bastante confuso. Los descubrí por medio del excelente blog de Javier Pérez de Albéniz El Descodificador, y el fantástico epílogo que incluye en cada una de sus entradas, Un motivo para NO ver la televisión. Y este disco lo es.
Steven Collins comenzó en su natal Dallas a dar rienda suelta a su amor por la música americana de raíces folk y country, a principios de este siglo. En un primer momento como cuarteto y posteriormente como dúo junto a su mujer Sherilyn. Pero hacia 2008 se trasladó a Austin, desde donde ha desarrollado la formación más estable y contundente, ya como sexteto.
Take up your mat and walk se ha publicado primero para Europa, ya que es en los países nórdicos donde han encontrado mayor y mejor acogida (ya sabemos que en muchas ocasiones, el destino del rock americano tiene su meta en la achacosa Europa). Y está trufado de auténticas joyas, pulido con gotas de clasicismo rock, ecos dominantes de The Band, guiños a Dylan y Springsteen, amor por Neil Young y Little Feat, rock sureño vestido con sombreros Stetson y melodías eternas.
Es excesivamente mimético? Cierto que en algunos casos (Ain’t no music, por estructura e incluso voz podría ser una pieza más, y no menor, del Devils and Dust de Springsteen) así lo parece, pero suenan las líneas melódicas de This old world’s not gonna change o I’m not who you think I am, o toda la banda engrasada en If I lay down in the river, y no me preocupo en absoluto por esas disquisiciones.
El placer que me han producido a lo largo de este final de 2011 no tiene nombre. Y eso es más de lo que muchos pueden ofrecer.
Suena la corriente: "This old world's not gonna change" - Deadman
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