En ocasiones pienso que la sombra de The Band es tan alargada que puede llegar a oscurecer. Pero igual lo es la de Neil Young, y la de tantos otros autores que han llevado la música americana a cotas de emoción y sentimiento difícilmente alcanzables de nuevo. Repaso la lista de Cataratas de 2011, y esas sombras son más que identificables. (...)
The Deep Dark Woods provienen de Saskatoon, en Canadá. Por tanto, todos aquellos guiños que podamos encontrar dirigidos a Young no están de más, no son otra cosa que reconocimiento a un padre musical. Basan sus raíces en la propia esencia de esas tierras casi infinitas del norte de América. Y sus canciones están emparentadas con la nostalgia, la melancolía, la tristeza que embarga al hombre que solitario se aventura por ellas, por sus bosques, siendo consciente de que poca cosa es ante tanta magnitud.
Pero además de steel guitar, de banjo, de sonidos country, enlazan sus canciones con esencia folk y melodías tan cercanas al mejor power-pop que son capaces de codearse con el espíritu Byrds. Porque no otra cosa es un tema como Westside Street, metáfora de la canción perfecta, con una base folk y una esencia melódica que no puede por menos que producir una auténtica explosión emocional. A mi juicio, poco le falta para ser la mejor canción que durante 2011 hemos escuchado.
The place I left behind, cuarto trabajo de los canadienses, es uno de esos discos que llega sin hacer ruido, con pocas referencias, que en una primera escucha ya anuncia su valor, pero que posteriormente se va quedando, asentando, y a cada nueva oportunidad va reafirmando su grandeza, mientras somos capaces de saborear nuevos detalles, de desentrañar esas baladas de asesinatos y lugares límites, mientras somos conscientes de la soledad humana.
Soledad, pero tenemos a quienes nos rodean, y sin esperarlo, nos llega gente como Ryan Boldt y su banda, para que entre todos, nos sintamos más vivos.
The Deep Dark Woods provienen de Saskatoon, en Canadá. Por tanto, todos aquellos guiños que podamos encontrar dirigidos a Young no están de más, no son otra cosa que reconocimiento a un padre musical. Basan sus raíces en la propia esencia de esas tierras casi infinitas del norte de América. Y sus canciones están emparentadas con la nostalgia, la melancolía, la tristeza que embarga al hombre que solitario se aventura por ellas, por sus bosques, siendo consciente de que poca cosa es ante tanta magnitud.
Pero además de steel guitar, de banjo, de sonidos country, enlazan sus canciones con esencia folk y melodías tan cercanas al mejor power-pop que son capaces de codearse con el espíritu Byrds. Porque no otra cosa es un tema como Westside Street, metáfora de la canción perfecta, con una base folk y una esencia melódica que no puede por menos que producir una auténtica explosión emocional. A mi juicio, poco le falta para ser la mejor canción que durante 2011 hemos escuchado.
The place I left behind, cuarto trabajo de los canadienses, es uno de esos discos que llega sin hacer ruido, con pocas referencias, que en una primera escucha ya anuncia su valor, pero que posteriormente se va quedando, asentando, y a cada nueva oportunidad va reafirmando su grandeza, mientras somos capaces de saborear nuevos detalles, de desentrañar esas baladas de asesinatos y lugares límites, mientras somos conscientes de la soledad humana.
Soledad, pero tenemos a quienes nos rodean, y sin esperarlo, nos llega gente como Ryan Boldt y su banda, para que entre todos, nos sintamos más vivos.
Suena la corriente: "Westside Street" - The Deep Dark Woods
qué belleza de disco y de blog, agregado te tengo.UN ABRAZO
ResponderEliminarGracias Joserra, dan gustos discos así, por supuesto.
ResponderEliminarUn abrazo y nos vemos por esos escenarios...