La esencia de una buena canción pop es una melodía que arrebate, una letra que emocione, una producción que llene y un autor que crea en lo que hace. El canadiense Ron Sexsmith lleva años y ya la decena de discos buscando esas joyas, y lo que es mejor, creándolas. (...)
Porque en el actual panorama del power-pop, Ron Sexsmith ya ha conseguido un puesto de honor. Sus discos están repletos de ese tipo de CANCIONES, escrito así, con mayúsculas. Esas melodías que son capaces de tocar fibras interiores, o de anclarse en lo más profundo del cerebro, para luego ir ocupando poco a poco mayor espacio, hasta salir a borbotones en los momentos más inesperados. Y es entonces cuando convierte esos momentos en especiales.
Con su disco de 2011, Long Player Late Bloomer continúa buscando esas esencias. Hombre perfeccionista, cae en la zozobra emocional cuando comprueba que a pesar de sus creaciones deliciosas y sensibles, en muchas ocasiones el éxito se resiste. Pero aunque cualquiera de sus canciones pudiera alcanzar cotas mayores, desgraciadamente el nivel del oyente medio no da para saborear músicas que, no por sus características intrínsecas, no copan los charts.
Él sigue buscando ese rendimiento, y para ello se ha puesto en las manos del productor Bob Rock, hombre experimentado en producciones AOR orientadas a las masas. Por sus pistas han pasado desde Metallica a Bon Jovi o Mötley Crüe. Jugada arriesgada, que sin embargo, no ha salido del todo mal. En algunos casos puntuales se roza los caminos más mainstream (No help at all), pero el control mutuo que han ejercido el uno con el otro ha dado frutos.
Encuentras melodías que encajarían sin problemas en discos de maestros pop como Elvis Costello o Nick Lowe (ese inicio con Get in line es brillante) y otras que llevan el virus propio de unos Big Star o The Posies (como la fantástica Believe it when I see it).
Ron Sexsmith consigue que el brillo pop siga iluminando días grises como estos.
Porque en el actual panorama del power-pop, Ron Sexsmith ya ha conseguido un puesto de honor. Sus discos están repletos de ese tipo de CANCIONES, escrito así, con mayúsculas. Esas melodías que son capaces de tocar fibras interiores, o de anclarse en lo más profundo del cerebro, para luego ir ocupando poco a poco mayor espacio, hasta salir a borbotones en los momentos más inesperados. Y es entonces cuando convierte esos momentos en especiales.
Con su disco de 2011, Long Player Late Bloomer continúa buscando esas esencias. Hombre perfeccionista, cae en la zozobra emocional cuando comprueba que a pesar de sus creaciones deliciosas y sensibles, en muchas ocasiones el éxito se resiste. Pero aunque cualquiera de sus canciones pudiera alcanzar cotas mayores, desgraciadamente el nivel del oyente medio no da para saborear músicas que, no por sus características intrínsecas, no copan los charts.
Él sigue buscando ese rendimiento, y para ello se ha puesto en las manos del productor Bob Rock, hombre experimentado en producciones AOR orientadas a las masas. Por sus pistas han pasado desde Metallica a Bon Jovi o Mötley Crüe. Jugada arriesgada, que sin embargo, no ha salido del todo mal. En algunos casos puntuales se roza los caminos más mainstream (No help at all), pero el control mutuo que han ejercido el uno con el otro ha dado frutos.
Encuentras melodías que encajarían sin problemas en discos de maestros pop como Elvis Costello o Nick Lowe (ese inicio con Get in line es brillante) y otras que llevan el virus propio de unos Big Star o The Posies (como la fantástica Believe it when I see it).
Ron Sexsmith consigue que el brillo pop siga iluminando días grises como estos.
Suena la corriente: "Believe it when I see it" - Ron Sexsmith
¡Ya tardabas en hablar de él! Casi tan buenos sus discos como sus actuaciones "unplugged". Ahí te dejo una que me parece perfecta en su sencillez: http://www.youtube.com/watch?v=fp65gFNXCjM
ResponderEliminarHabia que hablar de él, porque el bueno de Ron lo merece. Y gracias por el enlace. Deliciosa version.
ResponderEliminar