Tal y como comenta Billy Bragg en las notas interiores de Mermaid Avenue I, la hija de Woody Guthrie, Nora, contactó con él en 1995 sondeando la posibilidad de poner a su disposición los archivos completos de su padre, para dar salida musical a los cientos de letras que había escrito durante los 20 años antes de su muerte en 1967. Más o menos durante los años desde que acabó su carrera discográfica, perseguido por la enfermedad de Huntington que padecía y por las continuas acusaciones de actividades anti americanas por el ala más derechista de las diferentes administraciones de su país. Letras que había escrito en su casa de Mermaid Avenue, Brooklyn, que compartía con su mujer y sus hijos.
Acudir a Billy Bragg tenía toda la lógica, dada la influencia del folk más contestatario y la ideología radicalmente izquierdista que el músico inglés había demostrado durante toda su carrera. La sorpresa tal vez vino del acompañamiento en el proyecto por parte de Wilco, con Jeff Tweedy y el entonces aún miembro Jay Bennett a la cabeza, mientras éstos acababan de publicar Being There y preparaban Summerteeth. Pero el objetivo de Nora Guthrie era dotar a las letras de una música viva, creada como si ambos estuvieran colaborando con el propio Guthrie en pleno 1998. Si la elección de Bragg era clara, como decíamos, no podía ser más oportuna la participación de Wilco, en cuya raíz musical y literaria el gran músico americano era toda una constante y que enlazaba con la multitud de compositores y cantautores que rescataban las raíces más profundas de la música americana enlazadas con el rock.
Mermaid Avenue Vol. I es una auténtica delicia. Repartido casi a partes iguales entre Billy Bragg y Wilco (aunque compartiendo composición en un par de temas), demuestra el vitalista presente de unas letras llenas de compromiso social, reflexión, sueños cumplidos o no, imaginación o simples intenciones de divertir. Billy Bragg se mantiene más fiel a las formas del autor, alcanzando cotas altísimas en canciones como la maravillosa Walt Whitman’s Niece, con una melodía arrebatadora y en la que casi puedes imaginar al propio Guthrie interpretándola, o en la delicadísima Birds and ships, una acongojante canción de amor de una mujer dirigida a un marino e interpretada por Natalie Merchant en la voz. Por su parte, Wilco nos ofrecen una perfecta recreación rock casi garage de una nana ininteligible dedicada a los hijos de Guthrie, Hoodoo Voodoo, una interpretación country-rock de Christ for President, o una absoluta obra maestra como es California Stars, canción que ya han asumido como propia, y que tiene la virtud de producirme lágrimas cada vez que se la he oído tocar en directo, con esos versos maravillosos
…So, I’d give this world
just to dream a dream with you
on our bed of California stars…
Versos, porque es poesía lo que podemos sentir en muchos de los textos, como corresponde a un maestro como Guthrie.
Dos años después, en 2000, se editó el segundo volumen de aquellas sesiones. Algo más irregular, o al menos no se siente tanto la conjunción de intereses comunes entre Wilco y Bragg. Pero no podemos olvidar composiciones como el blues Feed of man, la belleza estilo Byrds de Secret of the sea o la introspección de la preciosa melodía Remember the mountain bed, por parte de Wilco, y del lado de Bragg, los aires tan ingleses de My flying saucer, la deliciosa nana I was born, los ritmos saltarines de Against Th’law o la energía rock que tan bien le va a una letra como All you fascists.
Y ahora, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Woody Guthrie el 14 de Julio, Billy Bragg ha anunciado el lanzamiento a través del sello Nonesuch Records de Mermaid Avenue: The Complete Sessions, que incluye los dos primeros volúmenes, un tercero que nunca se publicó compuesto por descartes de aquellas sesiones y la película firmada por Kim Hopkins que documenta el proceso de colaboración entre los tres, Billy Bragg, Wilco y Woody Guthrie.
Porque en muchas ocasiones sientes que el propio Woody Guthrie estuvo presente en aquellas grabaciones.
Yo tampoco lo dudo. Pese a tener un sonido más completo en los 2 discos se respira el espíritu de Guthrie. Comentarte que este año saldrá a la venta New Multitudes, un proyecto donde Nora vuelva a buscar un grupo con el que canalizar esas letras del inmenso baul de Woody. Y mira tu por dondo que esta vez se ha hecho con los servicios de Jay Farrar, compañero de Tweedy en Uncle Tupelo, y con el aliciente de contar con la ayuda de Yim Yames, Anders Parker y Will Johnson, poker de americana para Guthrie, pues eso que me enrrollo como las persinas, muy grato volver a recoerdar estos dos magníficos discos. Saludos
ResponderEliminarGracias, Chals, conocía el proyecto nuevo... y eso me hace pensar en lo bien que está haciendo las cosas Nora Guthrie, tratando de mantener el espíritu de las canciones y letras de su padre con el apoyo de los nuevos tiempos y las generaciones que le siguen teniendo como un tótem...
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