Qué cinco malas bestias. Y qué tres discos bestias. Y qué ramillete de pelotazos musicales. Que no son otra cosa que puritito rock’n’roll. Porque por eso, por ser rock’n’roll del puro, influenciaron mucho, o todo, lo que vino después. El hard rock, el punk, el pop-rock más carnoso y la contestación, política, social o simplemente nihilista, que mucho de las tres cosas tenían The Motor City Five. (...)
Quiere la casualidad que el mismo día viernes 17 de febrero de 2012 mueran dos personajes bien distintos, pertenecientes a dos escenas distintas, pero con raíces similares. Todo el que conoció a Enrique Sierra en persona habla o escribe alabanzas sobre él (aunque esto suele ser normal en los obituarios, recordamos a alguien cuando falta). Los que únicamente le vimos sobre un escenario, y además sólo en las primeras épocas de Radio Futura, antes de que caminaran por senderos digamos más latinos, anticipando a Juan Perro, damos fe de su clase, actitud y de ser una de las personas que con más elegancia llevaba una cresta.
Y ese mismo día fallecía Michael Davis. Parece con calzador meter en un mismo texto a ambos personajes, pero la influencia de los de Detroit en todo la explosión pop-punk de los 80 era más que clara. De la misma manera, escribir alguna letra sobre MC5 se me antoja tarea imposible cuando otros, muchos, que sí tienen la pluma o las teclas como armas, lo han hecho con mayor rigor.
Pero como fan, sus tres discos oficiales, Kick out the jams, Back in the USA y High Time ocupan un lugar destacado en mi discoteca, mi vida, mis influencias y en mis frustraciones, cuando quisieran ser descargadas con toda la energía de la que yo fuera capaz.
De las cinco malas bestias, Rob Tyner, Fred “Sonic” Smith, Wayne Kramer, Michael Davis y Dennis Thompson, los dos primeros ya nos dejaron en los 90, y ahora lo hace Davis. Juntos nos legaron una obra incendiaria, abrasadora, unos juegos de guitarra entre Kramer y Sonic Smith que eran pura adrenalina, las peroratas de Tyner, y una de las bases rítmicas que pasará a la historia por su certera contundencia. El bajo de Davis y la batería de Thompson son el perfecto infierno rítmico para el pandemonio sónico del resto.
Y quiere la casualidad que estos días, mientras recupero (aunque pocas veces las abandono) las auténticas armas de destrucción rock masivas que parieron en las catacumbas de la ciudad del motor, vea las imágenes de los pipiolos estudiantes apaleados por curtidos y experimentados representantes de la ley y el orden.
Y en el salón de casa resuena más fuerte que de costumbre:
And right now, it’s time to... KICK OUT THE JAMS, MOTHERFUCKERS!
Suena la corriente: "Kick out the jams" - MC5
Sobre lo de Sierra ya publiqué algo. Ayer me enteré lo del de MC5. Joer, cómo está el tema. Siempre nos quedarán sus pildorazos brutales. Que suene "Kick out the jams". Saludos.
ResponderEliminarJohnny, se nos van haciendo viejos (y están bastante currados, también).
ResponderEliminarY nosotros con ellos!