Poco a poco, los grandes festivales van confirmando sus carteles. Si ya tenemos completo el Primavera Sound 2012 (como casi siempre, algo excesivo), si la decadencia del FIB comienza a provocar carcajadas en la Red, era el Azkena Rock Festival (con el que por espíritu nos sentimos más identificados) el que anunciaba nueva tanda de nombres para este 2012. A los ya confirmados Lynyrd Skynyrd y esperando los problemas que pudiera presentar Black Sabbath (cáncer de Tony Iommi, abandono a última hora del batería Bill Ward), se añaden ahora nombres de jugoso recorrido. Entre otros, My Morning Jacket y North Mississippi Allstars, creadores de dos de los mejores discos de 2011 para este Río, Ben Kweller presentando su nuevo disco, Israel Nash Gripka y su rock de raíces y un grupo de Portland liderado por una rebelde y carismática cantante, Sallie Ford & The Sound Outside. (...)
Y es que Sallie Ford publicó en 2011 uno de los discos más interesantes y juguetones del año, Dirty Radio. Nacida en Carolina del Norte, desde pequeña estudió violín y comenzó a cantar con una de esas voces que llaman la atención por particular. Uno de esos timbres de los que se dice que o te espantan o te atrapan. La inicial falta de confianza en su capacidad cambió cuando voló lejos de una familia partícipe en diferentes disciplinas artísticas, se estableció en Portland, y conoció al bajista Tyler Tornfelt y al batería Ford Tennis, con los que dio cuerpo a The Sound Outside. Tocando un día como músicos callejeros, el guitarrista Jeffrey Munger no pudo resistir la tentación, y el cuarteto quedó establecido. El boca a boca, la buena aceptación crítica y el apoyo final de Seth Avett de los Avett Brothers, que se los llevó de gira junto a su banda, hicieron el resto.
La saltarina e impactante voz de Sallie juguetea entre ritmos y sonidos clásicos, desde el swing al rockabilly, culebreando por el R&B, el soul primitivo, el blues, el gospel más de calle que de iglesia, en composiciones directas, de no más de tres minutos, y con una clara identidad retro.
Ah, salió la maldita palabra: retro, vintage, o como quiera decirse. Algo que parece recurrente en los últimos tiempos, y que nos ha llevado a más de una decepción (continúa abierto el debate sobre la supuesta excelencia de Kitty, Daisy & Lewis). Pero Dirty Radio comienza con un galopante rock’n’roll, I swear, capaz de mezclar la energía Ramones con una imbatible e indiscutible declaración de principios:
Y antes de lanzarse al doo-woop de Cage, los aromas gospel de Poison Milk, al blues arrastrado de Against the law o los aromas (solo aromas, no se puede llegar tan alto) a Bessie Smith que se intuyen en Thirteen years old, son capaces de ponerte a bailar con un pelotazo soul-pop de la enjundia de Danger.
Desde luego, Sallie Ford & The Sound Outside deben ser mucho más disfrutables en un sudoroso club que en un festival. Pero ya que los vamos a tener por aquí, no pongamos pegas. Una vez les veamos en escena, ya tendremos tiempo para ello.
O espero que no.
Suena la corriente: "Danger" - Sallie Ford & The Sound Outside
Y es que Sallie Ford publicó en 2011 uno de los discos más interesantes y juguetones del año, Dirty Radio. Nacida en Carolina del Norte, desde pequeña estudió violín y comenzó a cantar con una de esas voces que llaman la atención por particular. Uno de esos timbres de los que se dice que o te espantan o te atrapan. La inicial falta de confianza en su capacidad cambió cuando voló lejos de una familia partícipe en diferentes disciplinas artísticas, se estableció en Portland, y conoció al bajista Tyler Tornfelt y al batería Ford Tennis, con los que dio cuerpo a The Sound Outside. Tocando un día como músicos callejeros, el guitarrista Jeffrey Munger no pudo resistir la tentación, y el cuarteto quedó establecido. El boca a boca, la buena aceptación crítica y el apoyo final de Seth Avett de los Avett Brothers, que se los llevó de gira junto a su banda, hicieron el resto.
La saltarina e impactante voz de Sallie juguetea entre ritmos y sonidos clásicos, desde el swing al rockabilly, culebreando por el R&B, el soul primitivo, el blues, el gospel más de calle que de iglesia, en composiciones directas, de no más de tres minutos, y con una clara identidad retro.
Ah, salió la maldita palabra: retro, vintage, o como quiera decirse. Algo que parece recurrente en los últimos tiempos, y que nos ha llevado a más de una decepción (continúa abierto el debate sobre la supuesta excelencia de Kitty, Daisy & Lewis). Pero Dirty Radio comienza con un galopante rock’n’roll, I swear, capaz de mezclar la energía Ramones con una imbatible e indiscutible declaración de principios:
“When I turn on the radio, it all sounds the same; what have these people done to music, they just don´t care anymore!”.No se puede quitar ni una coma a semejante grito.
Y antes de lanzarse al doo-woop de Cage, los aromas gospel de Poison Milk, al blues arrastrado de Against the law o los aromas (solo aromas, no se puede llegar tan alto) a Bessie Smith que se intuyen en Thirteen years old, son capaces de ponerte a bailar con un pelotazo soul-pop de la enjundia de Danger.
Desde luego, Sallie Ford & The Sound Outside deben ser mucho más disfrutables en un sudoroso club que en un festival. Pero ya que los vamos a tener por aquí, no pongamos pegas. Una vez les veamos en escena, ya tendremos tiempo para ello.
O espero que no.
Suena la corriente: "Danger" - Sallie Ford & The Sound Outside
A Ben Kweller lo estoy escuchando estos días por primera vez, veremos... Y por supuesto me apunto esta grata recomendación, su voz me gusta, tiene desparpajo, y por la muestra que dejas coincido plenamente contigo, un festival no es un buen sitio para conocer a esta joven rebelde. Saludos Red
ResponderEliminarEl disco de Ben Kweller de 2009, Changing Horses, me pareció fantástico, y la canción Fight se me pegó hasta dentro, puro country-rock-pop del de no quitártelo de la cabeza.
ResponderEliminarY prueba con Sallie Ford, el disco es una joyita.
Un saludo!