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Y lo que nos encontramos es un reencuentro con ese sonido clásico de los Horse, esas guitarras arrastradas, lloronas, sangrantes, como el rascar de unas uñas en una pizarra, y el contrapunto abrumador de bajo y batería. Una primera parte con ese típico desvarío alucinógeno (con alguna cita a Fuckin’ Up) de guitarras y enlazado a continuación una versión libre de Cortez The Killer.
Y todo ello acompañado de imágenes del estudio donde supuestamente se grabó (no se ve a los músicos), con mesas de sonido puramente analógicas, guitarras descascarilladas por el uso y brasas en una chimenea (aparte de las que suenan por los altavoces). Aquí, la primera acepción en el diccionario de la palabra digital adquiere todo su sentido: Perteneciente o relativo a los dedos.
Hace años, en este Río se hablaba del triángulo que formábamos con Ella y Neil.
En 2009, el triángulo se cerró.
Pero quedó una pequeña arista.
Si ya pudiéramos ver a Crazy Horse, todo y nada serían para siempre todo.
Pura gloria.
Media Red emocionada de nuevo con el último video/gansada de Ok Go. Y si alguno pensaba que por aquí pudiera estar seleccionado como video de la semana, estaba muy equivocado. Aquí en Río Rojo somos más de chuletón del bueno, de varios kilos, echo a la brasa, carne roja y sangrante. Lo demás, zarandajas. (...)
Y como video de la semana, tenemos un auténtico chuletón del mejor buey. Cierto que no se puede ver incrustado en la web, pero que más da, tienes los enlaces. 37 gloriosos minutos de Neil Young y Crazy Horse. Porque queremos celebrar a lo grande la vuelta de estos personajes que han creado alguno de los momentos más sublimes que ha parido el rock.
Neil Young anunciaba hace unos días que había grabado ya un nuevo disco con Crazy Horse y estaban preparando el segundo. Nada más. No especificaba si estaban los tres caballos locos, Billy Talbot, Ralph Molina y Poncho Sampedro. Pero se supone. No habían vuelto a grabar juntos desde las sesiones de Greendale en 2003 (si bien Poncho no estuvo en el disco, que era para una sola guitarra, se unió a ellos durante la gira).
Y días después de este anuncio, aparecía en su página web una jam de 37 minutos con unos créditos escuetos:
Y como video de la semana, tenemos un auténtico chuletón del mejor buey. Cierto que no se puede ver incrustado en la web, pero que más da, tienes los enlaces. 37 gloriosos minutos de Neil Young y Crazy Horse. Porque queremos celebrar a lo grande la vuelta de estos personajes que han creado alguno de los momentos más sublimes que ha parido el rock.
Neil Young anunciaba hace unos días que había grabado ya un nuevo disco con Crazy Horse y estaban preparando el segundo. Nada más. No especificaba si estaban los tres caballos locos, Billy Talbot, Ralph Molina y Poncho Sampedro. Pero se supone. No habían vuelto a grabar juntos desde las sesiones de Greendale en 2003 (si bien Poncho no estuvo en el disco, que era para una sola guitarra, se unió a ellos durante la gira).
Y días después de este anuncio, aparecía en su página web una jam de 37 minutos con unos créditos escuetos:
“Horse Back”
Engineered and mixed by John Hanlon at Audio Casa Blanca Jan, 6, 2012, assisted by Mark Humphreys and John Hausmann
Video by Ben Johnson
Music by Crazy Horse
Y lo que nos encontramos es un reencuentro con ese sonido clásico de los Horse, esas guitarras arrastradas, lloronas, sangrantes, como el rascar de unas uñas en una pizarra, y el contrapunto abrumador de bajo y batería. Una primera parte con ese típico desvarío alucinógeno (con alguna cita a Fuckin’ Up) de guitarras y enlazado a continuación una versión libre de Cortez The Killer.
Y todo ello acompañado de imágenes del estudio donde supuestamente se grabó (no se ve a los músicos), con mesas de sonido puramente analógicas, guitarras descascarilladas por el uso y brasas en una chimenea (aparte de las que suenan por los altavoces). Aquí, la primera acepción en el diccionario de la palabra digital adquiere todo su sentido: Perteneciente o relativo a los dedos.
Hace años, en este Río se hablaba del triángulo que formábamos con Ella y Neil.
En 2009, el triángulo se cerró.
Pero quedó una pequeña arista.
Si ya pudiéramos ver a Crazy Horse, todo y nada serían para siempre todo.
Pura gloria.
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