Jonathan Richman Lizardi Antzokia, Zarautz (23/03/2012) El trovador medieval

Dicen el diccionario de la Rae que trovador es un poeta provenzal de la Edad Media, que escribía y trovaba en lengua de oc, siendo la trova una composición métrica escrita generalmente para canto o la canción amorosa compuesta o cantada por los trovadores. Cualquiera que sea la acepción que queramos emplear, todas le van como anillo al dedo a Jonathan Richman. En esta Edad Media a la que estamos volviendo, Richman se dedica, como aquellos trovadores, a ir de lugar en lugar recitando y cantando sus versos para jolgorio y reflexión de los habitantes de cada lugar. (...)

Con la única compañía de su batería habitual Tommy Larkins, Jonathan Richman ha encontrado su camino en ese continuo pulular de escenario en escenario, en recintos generalmente de aforo medio/pequeño, y en  muchas ocasiones fuera de los circuitos de conciertos habituales (en esta gira ha pisado Murcia, Avilés o Zarautz). Y parece feliz haciendo lo único que sabe. Como apuntaba el bueno de Alain, Jonathan Richman está haciendo ahora mismo lo que le gustaría estar haciendo a Bob Dylan. Y no seré yo quien le contradiga.

Pero es un tipo peculiar. Su aparentemente candorosa inocencia infantil, el surrealismo naif de su lírica, especialmente cuando ésta es interpretada en castellano, francés o italiano, sus maneras, quiebros y movimientos en escena, pueden ser presa fácil para quien interesadamente quiera desprestigiar su propuesta. Bien lo sabe ese tal Pablo Motos, cuando antes de sus televisivas hormigas realizaba un programa en la radio, y obviando su larga trayectoria, descontextualizó canciones como Vampiresa mujer tratando de convertir a Richman en friki de nuevo cuño para regodeo de sus escuchas. Ya sabemos que no está hecha la sensibilidad para los asnos.

Evidentemente, esto fue hace unos años, y aquellos oyentes circunstanciales con mentes cerradas y orejas sordas que lograron joder alguna de sus últimas actuaciones estarán más centrados ahora en otras de sus idioteces. Porque quienes casi llenaban la platea el viernes en Zarautz parecían saber perfectamente a quién tenían enfrente.

Que no es otro que el creador de un puñado de canciones seminales con los Modern Lovers, siempre con la Velvet y el mejor garage en mente y precursoras del posterior punk, y de una retahíla de discos que mezclan desde ritmos latinos a doo-wop, calypso, reggae, canción italiana o chanson francesa. 

En poco más de una hora demuestra que los tiempos de Modern Lovers quedaron ya lejos para él, pero nos da un pase por composiciones que también pueden sonar a clásicos, menores tal vez, pero importantes en su cancionero, como ese No one was like Vermeer, I was dancing in the lesbian bar o la que da título a su último trabajo O moon, queen of night on earth.

Y es capaz de poner a todo un teatro a cantar A qué venimos sino a fracasar, a qué venimos sino a caer, no sé si consciente de la actualidad de la sentencia, para a continuación reafirmarse con When we refuse to suffer.

Sí, está claro que ver hoy en día a Jonathan Richman no supone ninguna sorpresa si ya lo has hecho en anteriores ocasiones. Pero como bien resume toda su carrera en su Es como el pan, él se dedica a eso mismo

…cantante a cantar, a cantar…

Y nosotros a disfrutarlo. Ni más, ni menos.

Suena la corriente: "Es como el pan" - Jonathan Richman