viernes, 23 de marzo de 2012

Los Madison
Compás de espera (Warner, 2012)
A la espera del momento


Es curioso como en ocasiones el exceso nos lleva a cometer injusticias. Falta de atención que los más de los casos no es otra cosa que un dejar fluir nuestros prejuicios, aquéllos que, tal vez sin base alguna, pretenden ir conformando la imagen que cada uno se hace de sí mismo. Una música que está en la fuente de tu educación queda, en casos concretos, arrinconada por un simple cansancio. (...)


El pop-rock que fluyó durante los 80, tanto en España como fuera, bebía de las mismas fuentes: pop de los 60`s, raíces rock americanas, melodías, concisión y guitarras. Aquí, Nacha Pop marcó una cumbre que difícilmente volverá a ser superada, pero Los Secretos, Mamá, 091, Los Pistones, por citar los primeros que vienen a la cabeza, dejaron (y siguen dejando) un camino con muchos más claros que oscuros. Tal vez la saturación que un exceso de este tipo de bandas produjo en años posteriores influyera en que muchas veces fuéramos abandonando una música cantada en castellano que aún tenía mucho que decir.

En el Río Rojo somos de natural suspicaces (yo y mis otros, que esto ya es vieja historia) y por eso no dejamos de dar vueltas al nuevo trabajo de Los Madison. Y por más que busquemos, no hay trampa ni cartón. Su tercer disco, Compás de espera, es un pedazo de disco. Ni más ni menos. Autofinanciado vía crowdfunding y posteriormente licenciado a Warner.

Todas esas influencias están presentes, comenzando por Nacha Pop y Los Secretos, en cada uno de los doce cortes. Y ahí podemos añadir desde gotas nacionales de Burning a internacionales de Springsteen o Mellencamp, de Petty o ese pequeño gran Willie Nile que estos días nos visita. Pop-rock con raíces que beben en los orígenes, de Beatles a The Band.

Gente como Quique González, Santi Campos, Jose Ignacio Lapido o Txetxu Altube y sus Madison están generando una nueva hornada de música cantada en castellano de muchos quilates. Compás de espera cuenta con colaboraciones estelares: Miguel Ríos (curioso como muchos de estos grupos reivindican al granadino, hombre al que no reprocharemos su aptitud, aunque tal vez su actitud quedó desvirtuada hace tiempo, por sus propios errores), Ramón Arroyo, Julián Maeso, Toni Brunet o César Pop, pero más allá de estas ayudas, cuenta con la clave esencial para hacer un buen disco. Canciones. Nada más. Y nada menos.

Canciones con cuerpo, guitarras poderosas, una voz cada día más asentada y confiada, y melodías, sí, de esas que se pegan, como Lo que queda (un estribillo irrebatible), Jamás (puro rock americano), Dividido o Me estoy vendiendo mal (gratificante ejercicio de ironía). Y medios tiempos o baladas sentidas como Entre tú y yo o ese Ropa Nueva tan confesional: "…siempre he sido adicto a las canciones…"

Todo apuntaría a que con este trabajo les ha llegado su momento. Aunque conociendo el percal que se cuece por aquí, igual se vuelve a dejar escapar un gran disco, un gran grupo.
Al que por más vueltas que le damos, no le encontramos otra cosa sino sentimiento.

Suena la corriente: "Lo que queda" - Los Madison

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11 comentarios:

  1. Es una gozada poder contar con discos como éste. Somos tan anglo-céntricos, no sabemos valorar lo que tenemos. Prefiero a los Madison que los Dawes.Un abrazo, da gusto escucharte.

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    1. Hombre, me encantan los Dawes, pero reconozco que hasta hace poco tenía muy olvidado el buen rock en castellano.
      Y se están haciendo cosas muy buenas!

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  2. Me gusta, me gusta, y veo algunas de las referencias que citas. A ver si escucho más. Saludos.

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    1. En Spotify tienes el disco, por si quieres pegarle un tiento!

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  3. Anónimo9:33 a. m.

    Pues habra que escucharlo porque nos gusta el rock en castellano y porque son bandaza. Reconozco que su periodo junto a Iñigo Coppel reflejado en su segundo fantastico disco " el hombre que mato a Iñigo Coppel" me habia eclipsado a los propios Madison y no me habia acercado a ellos por miedo a que no me engancharan. Vista la recomendacion probaremos seguro.

    Jaime.

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    1. Razón no te falta, Jaime. Cuando nombraba en el artículo a gente como Quique González, Lapido o Santi Campos entre los que están haciendo grandes canciones en castellano, por derecho propio podría haber escrito el nombre de Iñigo Coppel, otro grande. Ah, "Madrid para cuerdos y bienhechores", qué pedazo canción.
      Merecerá unas letras más temprano que tarde!

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  4. Vendaval me gustó mucho y allí si que eran nítidos los rastros de varios de los que comentas , grupos que fueron nuestra " escuela " ; con tus palabras renuevas mi interés ( de que se trata si no ? ) por escuchar este nuevo disco ; solo un pero , sigo pensando que el señor Rios tiene poco que aportar a estas alturas ; y no es infundado prejuicio este comentario que hago , acordaros de su aportación en la canción del ultimo de Lapido , olvidable en mi modesta opinión por no usar otra palabra.
    Saludos.

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    1. Coincido en tu apreciación sobre lo de Miguel Ríos. Me resulta llamativo que se le recupere, pero en general no aporta mucho. De todos modos, no es en esta canción en la que participa donde más sobra. Hemos oído cosas peores.

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  5. Anónimo11:31 a. m.

    Estoy probando la verificación por palabras para los comentarios, ya que los spammers se estaban cebando, sobre todo con esta entrada de Los Madison. Por cierto, disco recomendadísimo.
    El autor (Río Rojo)

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  6. Todos ellos bandas muy recomendables....Reivindicar a los Madison debería ser obligado en este país....Igual que a Quique, Lapido, Pop, Coppel o Campos.....Tampoco habría que olvidar nombres como los de Fabián, Pablo Galiano o Jaime Anglada....Además tengo el lujo de conocerlos a todos y son gente humilde que ama la música por encima de todo....

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    1. Edu, más razón que un santo, como es costumbre. Muchas veces, nuestra anglofilia nos nubla que aquí, al lado de nuestras casas, tenemos gente que merece todo nuestro respeto, apoyo y admiración. Y siguen saliendo nombres, lo que no puede demostrar más que su amor por la música, dada la soledad a la que suelen enfrentarse.

      Un saludo, y honrado de verte por estas aguas.

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