Hubo un tiempo, cuando el vinilo reinaba, en que los discos eran concisos, directos, de una duración que apenas superaba los 30 minutos (exceptuando los vinilos dobles y discos conceptuales). La aparición del cd y la posibilidad física de incluir un mayor número de canciones llevó la media de las obras a casi una hora. Y en más de una ocasión, estas duraciones excesivas lastran discos en los que el autor considera que debe expresar todo lo plasmado, pero al oyente le sobran más de una tonada. (...)
Damien Jurado es uno de esos autores que saben jugar con el tiempo. Escuchas su último trabajo, Maraqopa, y se esfuma como un suspiro. De hecho, terminas el viaje con la sensación de apenas haber recorrido media hora, cuando está más cerca de los 40 minutos. Pero es conciso, preciso y directo al grano. O esa es la sensación que transmite. Posiblemente, toda la escena folk que proviene de orígenes punk y hardcore tiene más asumido cómo plasmar la esencia de sus postulados sin florituras.
Es su segunda obra con la ayuda en la producción y en el espíritu de Richard Swift, tras el Saint Bartlett de hace un par de años. Y se intuye como una continuación de aquel disco. Su esencia sigue siendo melancólica, evocadora, sus ambientes etéreos y tranquilos, pero continua dejando de lado ese desasosiego que producían obras anteriores, salvo, si acaso, en Life away from the garden, en la que a pesar de los coros infantiles, o tal vez puntuados por ellos, la punzante voz mezcla esa melancolía con cierta sensación desasosegante como muchas veces a lo largo de su carrera.
El folk lleno de colorido pop por el que Jurado transita desde hace tiempo no abandona la médula de Maraqopa, a pesar de abrir el disco con Nothing is the news, un precioso experimento donde el jazz, el blues y el folk de tonos psicodélicos nos remite a la escena folk-rock británica de principios de los 70 en la que Pentangle o Nick Drake marcaron una época. Pero luego es capaz de combinar la perfecta píldora folk de Maraqopa con la píldora pop de This time next year. Y en Working titles, su folk con instrumentación pop y esa melodía coral que empapa toda la canción remite directamente a los ambientes creados por Leonard Cohen en su última gran obra, Old Ideas.
Y el disco transcurre con similares tonalidades, aún en los ecos a las bandas de los 60 producidas por Phil Spector de Reel to reel, en esa preciosa melodía cantada en falsete en Museum of flight o en los ecos más americana de So on, Nevada.
No es desasosiego, no es melancolía, no es tristeza. Es todo eso y una extraña sensación de vaguedad ambiental que produce un estado muy cercano al placer. Son treintaypico minutos que quieres revivir una y otra vez.
Suena la corriente: "Museum of flight" - Damien Jurado
Suena la corriente: "Museum of flight" - Damien Jurado
Me gusta mucho este disco y el anterior, aunque nunca pude expresar como tú la sensación que me da este Maraqopa. Exactamente eso, te atrapa, aunque hay que estar predispuesto para no caer demasiado hondo. reinventar la influencia espectoriana no es tan fácil como lo hace ver Jurado. Excelente mñusico y songwritter. Saludos
ResponderEliminarTienes razón, Chals, el disco te va atrapando, y es una sensación que apetece. Y muchos intentan meter a Spector en sus mundos, pero pocos lo consiguen. Así que vamos a seguir meciéndonos...
EliminarMuy feo eso de desarecer cinco días como si fueses un cofrade. Los rojos no tenemos semana santa.
ResponderEliminarNo se preocupe usted, Stoo, que he estado centrado en pecar de pensamiento, palabra, obra y omisión. Vamos, como dios manda... ;)
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