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Horario vespertino (siete de la tarde) y lugar poco habitual para la visita de Strange Boys a Vitoria. Y de antemano, una Universidad es sitio adecuado para una banda que en un principio hizo del garage y el frat rock su tarjeta de presentación. Música lúdica nacida para la fiesta. Raíces en el sixties más desinhibido con toques de locura y gamberrismo. Pero poco de esto hubo sobre el escenario. (...)
Por un lado, Ryan Sambol y sus chicos, tras el inicial ejercicio de garage-punk que supuso The Strange Boys and Girls Club, giraron hacia tonalidades más clásicas en Be Brave. Mantenían esa aura apegada a sus raíces, pero los Stones o Faces iban tomando cuerpo en sus composiciones. Y esta dirección se afianzó en Live Music. Cierto que canciones como Punk’s Pajamas no desentonarían absolutamente nada en cualquier disco de The Fleshtones, pero el r&b, gotas de country-rock y esa influencia soterrada a The Band que siempre han mantenido se aprecian mejor en su último disco. Y hasta el momento, nos dejan tres obras totalmente estimables. Madurez o reflexión, dejémoslo a su elección.
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Por mi parte, no voy a desdeñar el gesto. Cuántas veces hemos visto un grupo que por las razones que sea no está a gusto sobre el escenario, repasa displicentemente sus canciones y desprecia al público con un simple adiós. Strange Boys fueron conscientes de que físicamente no daban mucho más de sí, se disculparon, y ofrecieron lo mejor que podían hacer. Sus canciones son buenas, son grandes músicos, y ganaban enteros cuando Ryan se sentaba al piano (Me and you y Saddest son dos estupendas canciones) o cuando perseguían ambientes más psicodélicos con claros guiños a Steve Wynn.
Las únicas sonrisas se las lograron arrancar un grupo de niños que estaban al lado del escenario. Su edad entre los dos y cinco años aumentaba esa sensación de ensayo tranquilo y cansado. Pero desde luego, mejor estaban allí que escuchando otras, digamos, músicas.
Suena la corriente: "Omnia Boa" - Strange Boys
Suena la corriente: "Omnia Boa" - Strange Boys
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