Mientras todo se va al garete, yo me dedico a bailar. Y de vez en cuando, levanto el dedo corazón, los demás cerrados, y se lo dedico a quienes nos han traído hasta aquí. Y bailo al ritmo que me marque yo mismo, bailo con Ella porque escuchando canciones pasa el tiempo, y ya poco más nos queda. Y mientras bailo peco, porque bailar y pecar, sudar y pecar, tienen su magia y su unión.
Y resulta extraño hablar aún hoy de pecado. Pecar es follar. Pecar no es robar un banco. Eso es mala gestión. Pecar es follar. Ya lo sabemos. Pequemos y bailemos. (...)