Chuck Prophet & The Mission Express Kafe Antzokia, Bilbao (04/05/2012) Cuestión de himnos

En el rock siempre hay gente honesta, que puede tener una carrera más o menos larga y sabrosa, que pasea sus obras por esos escenarios con la humildad de quien sabe que nunca será una estrella, pero con la grandeza de quien no duda de que lo que hace es lo que siente y quiere. Chuck Prophet es de esta estirpe de creadores. Gente que ama el rock, y lo entrega como lo siente. Y los pocos (desgraciadamente) que queremos disfrutarlo, siempre se lo agradeceremos. (...)

Y su carrera sí que es larga y sabrosa. Para demostrarlo, comenzó arrastrado y psicodélico, reafirmando su origen e importancia en aquello que se dio en llamar Paisley Underground (que aquí metimos en el saco de lo que llamábamos más castizamente Nuevo Rock Americano), que no era otra cosa que un grupo de creadores con mayúsculas, centrados en California, que a mediados/finales de los 80 decidieron recuperar la esencia del cancionero más folk y psicodélico americano. Green On Red y Dream Syndicate fueron punta de lanza, son adorados en este Río, y serán aclamados como creadores de canciones que te embriagan como el alcohol más denso. Prophet demostraba de dónde venía antes de acometer dónde está, en una obra, Temple Beautiful, que gana enteros cada semana que pasa, y que posiblemente aparezca en más de una lista a final de año.

Cierto que el disco no sonó con tanta exuberancia en directo como exuda en sus surcos. Una interpretación más contenida, tal vez lastrado por los iniciales problemas de sonido que llegaron a deslucir una joya del calibre de Play that song again con la que abre su último trabajo. Pero Prophet quiere pasarlo bien en escena, y que nosotros lo hagamos con él. Así que qué mejor postura que olvidar esos problemas, que irán solucionándose con el paso de las canciones, y centrarse en lo que importa. Que de lo que se trata es de vibrar con el rock de esencia Petty o Springsteen, las coordenadas que marcara hace tantos años (siempre ha estado y está ahí) Neil Young, la algarabía festiva del garage o del power-pop, y las melodías eternas de canciones que se acoplan como un guante.

Acompañado de una banda efectiva (a pesar de la presencia de esos diabólicos instrumentos doblemente fálicos que son las guitarras de dos mástiles, que cosa estéticamente más horrorosa, santo cielo!) en la que toma protagonismo su mujer, Stephanie Finch, que aparte de darle el contrapunto vocal en la jocosa Little girl, Little boy, interpreta la preciosa Tina Goodbye de su propio disco Cry tomorrow.

Consciente de que ha de honrar también a sus padres, te regala una canción que ya ha hecho suya, el For you de Springsteen, convertida en sus manos en una exultante gema power-pop, porque la canción merece ese tratamiento. Y finaliza el concierto hablando de San Francisco, ciudad a la que va dedicada todo Temple Beautiful, cantando el que dice considerar su propio himno nacional.

Y desearías haber nacido en Frisco, porque una ciudad que tiene gente que considera el Shake Some Action de los Groovies como himno, bien merece ser vivida.

Suena la corriente: "Castro Halloween" - Chuck Prophet