Uno siente verdadera debilidad por todos aquellos pirados que se mueven como pez en el agua por los submundos de la música. Gente que en la mayoría de las ocasiones demuestra un amor y un conocimiento por sus raíces musicales fuera de toda duda, pero a los que aplican una satírica y descacharrante visión de la realidad que les rodea. Y sinceramente, da igual qué época sea ésta. Siempre conviene sacarle punta, no sea que quienes nos dirigen se vayan a creer que de verdad somos sus súbditos (odiosa palabreja). (...)
Llegué a Mojo Nixon en 1989 a través de su disco Root Hog or Die, que hacía el número cinco de su colaboración con otro pirado, Skid Roper. Su base musical es un compendio de raíces americanas, rockabilly, country, hillbilly, blues, r&b, todo removido en una coctelera ácida que emparenta directamente con el nihilismo del auténtico punk. Sí, Nixon es un libertario, un redneck estrafalario que se posiciona ideológicamente en el extremo opuesto al que habitualmente remiten los paletos de la América profunda. Y su pluma da miedo, si eres el blanco de su ira, y es desternillante, si eres el gozoso oyente de sus canciones. Títulos como I hate banks, Burn down the malls o Destroy all lawyers podrían ser agitados como armas verbales en estos mismos días. Y de la misma manera todos podemos seguir sonriendo con canciones como Debbie Gibson is pregnant with my two-headed love child o She’s vibrator dependent.
Pero no nos engañemos. Mojo Nixon estará pirado, pero no es un descerebrado. Licenciado en Ciencias Políticas e Historia, utiliza sus canciones como dardos contra todo el establishment, ya sea económico, político, social o cultural. Y su contexto musical no se libra de ello. Prueba de ello es Bring me the head of David Geffen o una de sus canciones más conocidas, junto a Elvis is Everywhere, Don Henley must die, donde sobre una base de puro garage-rock, su cazañera voz la emprende contra el miembro fundador de Eagles. Cuando años después, el propio Henley salió a escena a interpretar la canción junto a Nixon, éste decidió que de entonces en adelante, mejor llamarla Rick Astley must die.
Y de la misma manera que intelectualmente siempre ha tenido una base muy sólida, musicalmente ha sabido rodearse de gente de relumbrón. Tras sus colaboraciones con Skid Roper, en 1990 publicó su primer disco en solitario, Otis, acompañado de Country Dick Montana de los Beat Farmers, Eric Ambel de Del Lords o el propio John Doe.
Actor ocasional y actual estrella de la emisora de radio Sirius, en 2009 relanzó su página web bajo el apelativo de Mojo Nixon Unretired, y publicó un nuevo trabajo, Whiskey Rebellion. Así que ya sabes, continua vivo y repartiendo mamporros. Bucear por su discografía (que está disponible prácticamente al completo en Spotify) es un acto de placer refrescante. Y sigo considerando Otis (un excelente ejemplo del rock americano más resplandeciente) y Root Hog or Die dos discos altamente recomendables.
El disco con Skid Roper era genial. La verdad es que además de ese solo he oído cosas sueltas. Joer, flipo a veces con estas recuperaciones blogueras. Entonces este pirado no era un descerebrado, bien, bien, bien. Abrazo.
ResponderEliminarNo le conocía la verdad, joder que jartada de aprender tíos...
ResponderEliminarSaludos.
Sí, Mojo Nixon parecerá un descerebrado, pero es mucho más.
ResponderEliminarEso sí, verle en directo tiene que ser flipante.
Saludos.