Spiritualized Sweet Heart Sweet Light (Fat Possum Records, 2012) Elegías con alma

Ay, la vida, qué mala es. O a veces algunos nos empeñamos en hacerla más complicada de lo que debería. Claro, que también está la óptica contraria. La que dice que ya que es tan jodida, vivámosla sin tapujos, a tumba abierta, no, no somos nosotros los que la complicamos. Sea cual sea el punto de vista, unos más que otros pueden recopilar una serie de sensaciones vitales que a la mayoría les parecen imposibles. (...)

Jason Pierce, desde los tiempos de Spacemen 3 y posteriormente como única alma de Spiritualized, ha pasado por adicciones, enfermedades, corazones rotos y demás experiencias internas que han estado a poco de dejarle ver el otro lado de la barrera. Y cuando parecía que retomaba la senda de cierta normalidad, una nueva ruptura sentimental, unida a un calvario de quimioterapia por, al parecer, algún oscuro proceso degenerativo hepático, le han vuelto a poner a las puertas del adiós. Doble consecuencia. Por un lado, en un mundo tan icónico con el abismo como el del rock, se convierte en una especie de fetiche. Y por otra parte, se permite comenzar una preciosa canción como Little girl con la frase Sometimes I wish that I was dead, ‘cause only the living can feel the pain.

Y a pesar de que este sentimiento de pérdida, de inmensa tristeza, de jaculatorias a Dios y a Jesús por los muros presentados (Life is a problem, So long you pretty thing) empapa de principio a fin su nuevo disco Sweet Heart, Sweet Light, éste no se convierte en ninguna losa oscura y pesada cubierta de autoindulgencia. Es más, termina la escucha y se antoja que entre tanto verso sentido o despechado, el disco ofrece luz, la dulce luz del título, luz unida a preciosas melodías nacidas entre los acordes de un tipo que de nuevo nos deja una gran obra.

Sweet Heart, Sweet Light oscila durante toda la escucha entre la experimentación minimalista, la psicodelia distorsionada, la exuberancia de arreglos, el exceso de minutaje y, en el otro extremo, delicadas joyas de estilo más convencional, puras odas pop y rock que danzan cual nanas propias del siglo XXI.

La introducción orquestal Huh? funciona a modo de obertura cinematográfica que da pié a unas historias plenas de elegías épicas. Y pasamos de Hey Jane, primer single (de casi 9 minutos!), un rock con los acordes entrelazados con los de la Velvet Underground, a Little girl, en la que no puedo evitar recordar algunos discos en solitario de Alex Chilton. Si Get what you deserve, la eléctrica Headin’ for the top now o el blues alucinado I am what I am, compuesto a medias con Dr. John (y que encajaría perfectamente en su nuevo trabajo, Locked down, definitivamente, este hombre está que se sale) enlazan con esa faceta ruidista de Spiritualized, canciones como Too late, Freedom o Mary juegan con el convencionalismo, pero del bello, del capaz de dejarte muescas en el corazón. Y no me cuesta nada imaginarme a Tom Waits cantando con su vozarrón Life is a problem, para cerrar con esa joya compuesta y cantada junto a su hija Poppy, con giños finales a Bowie, So long you pretty thing.

No es cuestión de entrar en comparaciones con Lazer guided melodies, Ladies and gentlemen… we are floating in space o Songs in A & E, sus tres obras más celebradas.

Cierto que Sweet Heart, Sweet Light no supone en principio una evolución destacable.

Pero aquí eso nos ha dado siempre igual.

Y el disco nos tiene absolutamente enganchados.

Suena la corriente: "Too late" - Spiritualized