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Perdí todo el interés en escribir música o identificarme como cantautor. Cogí mi camioneta con una reserva de hongos como para tumbar a un caballo y empecé a conducir costa abajo, sin ningún sitio en concreto al que ir. Después de unas semanas, estaba escribiendo una novela, en la que encontré mi propia voz narrativa. Y ésa es la que me vale. J. Tillman (...)
Vamos, que el bueno de Josh Tillman, con una depresión de caballo, llenó el coche de monguis y se largó conduciendo desde Seattle a California. Y allí parió a su alter-ego (llevamos buena semanita de ellos en el Río Rojo), Father John Misty, un tipo crápula, drogota y que no tiene reparos en hablar como le venga en gana y soltar lo que se le ocurra, ya sea con la mente clara o espesa. A ver, quién es el bueno que no se apuntaría a ese viaje (en todas sus acepciones)?

Sea como sea, Tillman llegó, en el estado que fuera, a California, y se asentó en el exbastión hippy de Laurel Canyon. Y mucho del ambiente que años atrás se viviera allí queda reflejado en las aventuras del Father John Misty. De la mano de Jonathan Wilson (desde su extraordinario Gentle Spirit del año pasado, todo lo que toca es oro) plasmó todas esas correrías en canciones que no están exentas de la introspección, al menos musical, pero trufadas de unas letras lúdicas, llenas de humor, humos varios y fiebres mentales de lo más refrescantes. Junto a puntuales toques de psicodelia eléctrica, Hollywood forever cemetery sings o This is Sally Hatchet, encontramos joyas de delicioso regusto pop, Nancy from now on, o simplemente pop fusionado con ese folk tan propio del lugar, como la excelente I’m writing a novel.
Pero es en las composiciones en las que echa los brazos alrededor del cuello de Gram Parsons en las que uno encuentra mayor satisfacción. Well, you can do it without me atesora en sí misma nostalgia, ritmo y ese toque country-soul que ya había apuntado en Misty’s nightmares 1 & 2 y certifica en Now I’m learning to love the war y la alucinógena Tee Pees 1-12. Para cerrar un buen disco, que lleva ya unos meses en el mercado, con ese himno coral que es Everyman needs a companion.
Venga, qué, buscamos unos monguis y nos hacemos una tortillita?
Suena la corriente: "Well, you can do it without me" - Father John Misty
Suena la corriente: "Well, you can do it without me" - Father John Misty
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