jueves, 22 de noviembre de 2012

Graham Parker & The Rumour
O la vuelta a los orígenes


Ha llegado por fin uno de los días más esperados del año, aquél que anunciaba la vuelta a los surcos de Graham Parker & The Rumour, o lo que es lo mismo, parte muy principal de la adolescencia de quien esto escribe, unos tipos que hicieron que prendiera una llama ya no apagada, que uno se enamorara de unos sonidos, de unas sensaciones, de unas melodías, de una manera de ver la vida que con casi medio siglo encima tratamos de mantener. (...)


El nuevo trabajo, Three Chords Good, apenas hemos podido escucharlo aún, solo por encima. Tiempo tendremos de analizarlo. Pero volvemos nuestros oídos sobre aquéllos cinco discos gloriosos que marcaron una época. Tiempos de Stiff Records, tiempos lúdicos y agrios, de un resurgir del pop, del rock carnoso, del humo y el bar, de la contestación, y de las cassettes como material reproductivo. Épocas personales sin apenas un duro, y los pocos que tenías tenían que repartirse en singular combate entre las primeras cervezas, los primeros conciertos y los primeros discos. Los cinco, Howlin’ wind (1976), Heat Treatment (1976), Stick to me (1977), Squeezing out sparks (1979) y The up escalator (1980), con el añadido del directo The Parkerilla (1978) y su simiesca portada, fueron objeto de surrealistas grabaciones caseras por parte d e un servidor y sus  correspondientes cassettes machacadas a conciencia.

Pero es que no era para menos. Ya en el Río dejamos constancia hace tiempo de nuestro amor por los sonidos sudorosos de Brinsley Schwarz. Y cuando el propio Brinsley Schwarz junto al teclista Bob Andrews unieron sus fuerzas a Martin Belmont de Ducks Deluxe (otros creadores de puros brebajes de sudor a quienes debemos rendir merecido tributo más pronto que tarde), al batería Steve Goulding y al bajista Andrew Bodnar, nacían The Rumour y nacía la banda ideal para acompañar los aromas power-pop, rock, soul que surgían de la garganta y la cabeza de Graham Parker.

Graham Parker en sí aunaba la esencia de la que nacía el llamado pub-rock, la arrogancia y el aire contestatario junto a una procedencia de clase trabajadora, hecha a sí misma de la manera que podía o le permitían, que utilizaba el ambiente angosto del pub para descargar sus tensiones. Trabajó en multitud de lugares comunes para el vulgar proscrito social, hasta que optó por marcharse a dedo a Marruecos, donde ya comenzó a actuar en directo con alguna banda, para terminar singladura en Gibraltar, trabajando como estibador en los muelles durante el día y tocando su guitarra por los pubs que se lo permitían durante la noche.

A su vuelta a Inglaterra, y mientras trabajaba en una gasolinera, comenzó a pensar en montar una banda en serio, y cayó bajo el manto protector de Dave Robinson, que había sido manager de los ya difuntos Brinsley Schwarz y que acababa de fundar Stiff Records. De él partió la idea de reclutar a The Rumour y, a pesar de su sello propio, él consiguió el primer contrato con Mercury para editar Howlin’ wind.

Parker aportaba esa garganta cazallosa y su amor por el rock de raíz clásica, por el pop excelso y por el soul que supuraban gran parte de sus composiciones. Fue posiblemente el más soulman de aquellos jóvenes airados. El tándem que estableció con Nick Lowe, productor de sus tres primeros discos, resultaba prácticamente imbatible, en tiempos donde Elvis Costello o Joe Jackson y el propio Lowe luchaban por la misma corona. Pero es que canciones como White honey, Back to schooldays, Howlin’ wind, Don’t ask me questions, Heat treatment, Hotel Chambermaid o New York Shuffle valen por una vida.

Tras estos tres primeros discos y frustrado por el trato que recibía en Mercury, grabó el directo The Parkerilla para finalizar obligaciones contractuales y de despedida, ya en Arista, regaló la canción Mercury poisoning, agrio ajuste de cuentas con su anterior compañía. Pues bueno es el carácter del bueno de Parker!!! Siempre parecía una fiera enjaulada, lo que le valió también diversas trifulcas con sus compañeros de banda.

Pero si alguien pensaba que ese podía ser el principio del fin, estaba muy equivocado. Porque Squeezing out sparks, producido por Jack Nitzsche es una absoluta obra maestra. Local girls, You can’t be too strong, Discovering Japan o Passion is no ordinary word son capaces de tocar cualquier fibra sensibilizada por la melodía, la fuerza, el rock y el pop.

Con The up escalator y la producción de Jimmy Iovinne trataron de alcanzar un mayor reconocimiento en América, pero a pesar de un sonido que no logra captar toda la esencia de una banda de tal calibre, canciones como No holding back, Empty lives, The beating of another heart, Manoeuvres o la propia Stupefaction bien valen el viaje.

Graham Parker ha seguido grabando, con músicos de estudio u otras bandas, como The Figgs, pero su vuelta con los Rumour originales es una excelente noticia.

Es un volver a los días de escuela.

Suena la corriente: "Howlin' wind" - Graham Parker & The Rumour



6 comentarios:

  1. A mí no me ha acabado de convencer el disco, la verdad.....Curiosamente lo empecé a oír el día que se confirmó que viene Nick Lowe a España.....

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    1. Hombre, algo de miedo ya me da. Solo he podido darle una escucha vía streaming y haciendo otras cosas, así que esperaré a escucharlo en condiciones. Pero no eres el único que me ha transmitido pegas con él. Veremos!

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  2. Passion is no ordinary word, soul de primera, squeezing es POM POM. Saludos, tenemos que quedar bro!

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    1. Joserra, a te imaginaba aquí, firme, passion is no ordinary word!
      Cuando quieras!

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  3. Sería un error escuchar One Three Chord condicionado por las distintas opiniones que sobre el se vierten ; intenta escucharlo con la mirada y la mente mas abierta posible y por supuesto evitando la comparación con sus primeros discos que tanto nos marcaron a todos los niveles y que nos hicieron disfrutar y entender este tinglado de forma distinta ; sé que en este caso no soy demasiado objetivo porque Graham Parker me ha gustado siempre muchísimo pero insisto , es un muy buen disco marca de la casa ; no soy muy amigo de las reuniones pasado mucho tiempo porque suelen desprender un tufillo mercantilista que desprecio y que nada tiene que ver en cómo todavía siento esta música , pero el caso de la reunión de Parker con los Rumour se me antoja otra cosa; mejor , escúchalo ; ya me contarás.
    Saludos.

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    1. Claro!!!! Cuando digo miedo me da, no es por los comentarios que me puedan llegar, sino por esos mismos puntos en los que incides respecto a las reuniones de viejas glorias. Y si te doy sincero, en la mayoría de ocasiones, la emoción de volver a ver y escuchar juntos a gente que tanto me han influido supera esos miedos.

      Lo que tengo ganas es de sentarme como debo y saborearlo.
      Ya te diré, claro que sí.

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