Tampoco es que fuera muy difícil. Cuando en el ARF de este
año comentábamos que Sallie Ford & The Sound Outside no alcanzaron el grado
de intensidad que se les debe suponer en un club pequeño, no estábamos
desencaminados. Escuchando su disco Dirty Radio era fácil de intuir, pero ayer
en la sala Azkena no es que precisamente confirmaran nuestras sospechas, sino
que demostraron saber y poder llegar mucho más allá de lo que pudiéramos esperar. (...)
Comenzó la noche de manera deliciosa. Porque sólo así
podemos definir el set que ofrecieron los locales Gacela Thompson. Hace dos
años que no aparecían sobre los escenarios, pero no se notó. Su música es una
caricia suave, de las que necesitamos los humanos para sentirnos queridos. Los
juegos de las dos acústicas (excelente los punteos de Yahvé M. de la Cavada)
embrujaban cuando eran mecidos por el violín y la voz. Van más allá del puro
sonido americana, ya que sudan texturas del folk atemporal, el jazz e incluso
la bossa, como en esa preciosa Rainy day. El avanzado estado de embarazo de la
vocalista hacía pensar en el placer que esa criatura estaría sintiendo ante
semejante golosina sonora. Y más terminando con esa recordada versión del
Always on my mind que interpretara Brenda Lee e hiciera inmortal Elvis.
Un bocado perfecto.
Y luego, ahí estaba Sallie Ford en escena. Y digo que estaba
ella, porque la distancia y ensimismamiento con la que ejecutan las canciones
el resto de la banda, espléndidos cada uno de ellos, hace de ella el foco de
atención total. Y se basta para que ésta se mantenga. Con esa nostálgica imagen
de maestra de colegio de primaria americano en plenos años 50, uno imagina a
varios tordillos de diez años embelesados ante su profesora.
Porque transmite ese aire entre inocente y juguetón, pero su
música es de muchos quilates. Y dejaron constancia de que ese retro-sound en el
que se les pudiera encasillar tiene una paleta de colores mucho más amplia. Ya
desde el instrumental de inicio (me encanta que los conciertos comiencen con un
instrumental, perfecto aperitivo) dieron esa sensación de querer honrar al
título de su único álbum hasta el momento. Porque sonaban mucho más sucios que
en él, porque no era un simple ejercicio de estilo del rock de los 50. Ahí
sonaba garage, blues chirriante, guitarras y bajos apuntalando la aguda voz de
Sallie cuando sale por gorgoritos, ahí sonaban sonidos americanos de siempre.
Pero todo ello embadurnado de ese aire pop que tanto le asemeja a Buddy Holly.
Si Holly fuera mujer, viviera, y actuara en pleno año 2012, podría llamarse
Ford (salvando las distancias propias de un genio). Y es que una canción como Danger siempre tendrá esa magia que sólo sabe
transmitir una melodía pop.
Pero contrastaba con esa guitarra que ensuciaba (en el buen
sentido, por favor, que aquí las gastamos así) This crew, la pura fuerza blues
en que convierten Against the law, las guitarras trotonas de Fuck that que
hacen de ella canción con el puro espíritu de la Velvet o esa vuelta al pop de
los 80 en Party kids. Y honrando la tradición con alguna versión de
country-rock vitaminada (el Fist city de Loretta Lynn? Ay esta cabeza…).
Sí, lo sabíamos. Sallie Ford & The Sound Outside son
gente de garito.
Y hemos podido saborear un buen trago con ellos.
Suena la corriente: "Danger" - Sallie Ford & The Sound Outside
Suena la corriente: "Danger" - Sallie Ford & The Sound Outside
Me encanta todo esto que cuentas. A Sallie me la tengo que llevar pa la Route
ResponderEliminarClaro que sí, Chals. Sin duda...
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