Es uno de esos placeres ocultos. Cuando sientes cómo un equipo de alta fidelidad, en principio destinado a reproducir las más limpias notas y los silencios audibles que entre ellas se mezclan sufre hasta poder sudar sangre ante la suciedad que resuena en sus pantallas. Cuando un sonido cavernícola traslada a la alta tecnología a su propio Getsemaní. (...)
Y no es que servidor disponga de uno de esos chismes de alta gama. Diferentes contratiempos han obligado a seguir adelante con lo que buenamente se pueda disponer. Pero sí podemos disfrutar de los otros chismes, los encargados de provocar el sudor. Y las rodajas que se marca The Jim Jones Revue son de las que causan semejantes angustias.
Pero, estamos en The savage heart ante una atemperación de la energía sucia y primitiva a la que nos han acostumbrado? Sí y no. El hecho de que la mugre debajo de las uñas, acumulada durante años, haya sufrido el raspado de un cepillo de gruesas púas no ha logrado limpiar del todo la grasa acumulada en las líneas que surcan la mano. Éstas continúan resbaladizas, pringosas, si bien se pueden permitir la caricia suave, a su manera, de Midnight Oceans & The savage heart, lo más parecido a una balada al uso de lo que son capaces el señor Jim Jones y compañía. Y por cierto, gozosa balada de cacofónica templanza.
Sí, pareciera que esta vez la producción de Jim Sclavunos ha conseguido llevarles más hacia los terrenos pantanosos que desarrolla en The Bad Seeds o Grinderman, que el sonido se ha limpiado en parte, que se han soterrado sus urgencias, pero su componente más insano sigue latiendo a buen ritmo. La verdad, mantener el galope sónico sin pausa de canciones como Princess & The frog, Rock’n’Roll Psychosis, Hey Hey Hey Hey o cualquiera de las incluidas en sus dos primeros trabajos, The Jim Jones Revue (2008) y Burning your house down (2011) acabaría por hacer explotar el músculo cardíaco. Dos discos antológicos, que para nada se ven abandonados en su mastuerza predicación salvaje por The savage heart.
Continúa esa regurgitación de las enseñanzas del rock’n’roll primitivo, aquel que Little Richard o Jerry Lee Lewis convirtieron en paleolítica descarga de adrenalina, en cortes como It’s gotta be about me, Never let you go, Where da money go? o Catastrophe, si bien con una velocidad menor. Pero la contención nerviosa de una joya como 7 times around the sun, con ese puro sabor a burdel de Nueva Orleans, abre las ventanas para mirar a otros paisajes, de la misma manera que Chain gang o Eagle eye ball nos llevan a ese blues de cabaret del que tanto ha absorbido Tom Waits.
Y todo ello con sus guitarras, su pulsión rítmica y ese piano, en esta ocasión en los dedos de Henry Herbert, sustituto de Elliot Mortimer, que ha sido, y sigue siendo, marca de la casa. Porque es el que enlaza directamente con los viejos Richard y Lewis, con el puro latido de los años 50.
Años en que el rock’n’roll era salvaje, frenético y peligroso.
Una suerte que gente como Jim Jones no lo olvide.
*Aún quedan dos fechas para verles en directo:
+ hoy mismo, 23/11, Madrid, Sala Arena
+ mañana sábado, 24/11, Bilbao, Kafe Antzokia
Suena la corriente: "It's gotta be about me" - The Jim Jones Revue
*Aún quedan dos fechas para verles en directo:
+ hoy mismo, 23/11, Madrid, Sala Arena
+ mañana sábado, 24/11, Bilbao, Kafe Antzokia
Suena la corriente: "It's gotta be about me" - The Jim Jones Revue
Creo (vamos, estoy seguro), que no habría sabido decirlo mejor. Me ha gustado mucho la evolución y disfruté mucho viéndolos el otro día en directo. No entiendo las críticas negativas hacia este trabajo. Como bien dices, mantener el galope sónico anterior podía hacer explotar el músculo cardíaco. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Johnny. Y yo tengo muchas ganas de verles mañana en Bilbao. Coincido, a mí el disco me engancha más a cada escucha. Ya comentaremos...
EliminarLo disfrutarás, seguro. Y sí, Sclavunos ya estuvo en el anterior Burning your house down, y repite.
ResponderEliminarMe alegra ver que hay más gente que ha disfrutado con el "nuevo" sonido del grupo, que en general no ha sido muy bien recibido. A mí me ha convencido.
ResponderEliminarsaludos
Es que esos pianos me pueden!!!
EliminarA ver qué sucio es el bolo de esta noche en Bilbao!
Tan sucios como podiamos esperar!!! El bolo de anoche en Bilbao fue tremendo y efectivamente la parroquia esta dividida respecto a los nuevos temas mas contenidos. Para mi la mezcla ahora es perfecta corrian el riesgo de repetirse entre riffs de piano del pequeño de los Richards.
ResponderEliminarJaime.