
Chris Masterson y Eleanor Whitmore son pareja musical y sentimental residente en Brooklyn, aunque originarios de Texas. Y como ellos mismos dijeron en su set acústico, no es su culpa. Por eso es de agradecer que no olviden ni su origen ni su actual lugar de residencia, y sepan trasladar a sonidos ambas pulsiones, en canciones que reflejan los cielos infinitos y los recovecos de las calles estrechas. (...)
Hay demasiadas señales que parecieran confirmar la posible cesantía que el trono que hasta ahora han ocupado The Jayhawks luce actualmente. Y hay una serie de nombres dispuestos a ocupar ese lugar que aúna raíces americanas con tracción actual, sonidos country hermanados con las más bellas melodías pop, la emoción y sensibilidad de unos músicos capaces de hablar del amor y sus diferentes estados, positivos o negativos, sin caer en lo sentimentaloide. En definitiva, capaces de acariciar aquellas composiciones que un día legaran para su disfrute Gram Parsons y Emmylou Harris, y que The Jayhawks supieron engrandecer como nadie.

Sin duda su pertenencia a The Dukes and Duchesses, la banda de acompañamiento de Steve Earle, les ha abierto puertas. Como lo habrá hecho el bagaje como músicos de fondo de gente como Regina Spektor, Kelly Willis, Son Volt o Jack Ingram. Pero más allá de esa ayuda, están sus canciones.
Como demostraron en el set acústico que ambos ofrecieron en el Colegio de Abogados de Bilbao. Canciones desnudas de acompañamiento rítmico pero que no pierden su esencia, por guitarras, por violines y por voces. Porque posiblemente son canciones de fogata, de la que calienta el despertar. Fueron a grabar el disco a Texas porque, como los pájaros, ellos buscan el sur, el calor. E incluso se atreven con una Shake some action raquítica de instrumentación y espléndida como siempre en alma pop. Prometiendo próxima visita con banda, alabando las excelencias de nuestra comida y acompañando como una pareja a la que conoces de siempre.
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