Redd Kross tienen varias almas. Como todos y cada uno de los que son capaces de absorber las enseñanzas de sus distintos maestros. Como tú y como yo. Pican y picamos de diferentes fuentes y así vamos conformando nuestro todo, a partir de piezas de aquí y de allá. Lo bueno es que esas piezas encajen, dadas las relaciones que las unen. Redd Kross lo consiguen y conforman así un todo con personalidad propia, un ente que escupe rabia y energía por los altavoces. (...)
Abrió la sesión Ken Stringfellow en solitario presentando su último disco, Danzig in the moonlight. Y lo hizo con la cercanía que proponía una platea no muy nutrida, ya
fuera a la guitarra o al piano, y prescindiendo en varias ocasiones del propio micrófono para cantar a pelo. Las enseñanzas de tantos años del bardo Jonathan Richman venían a la cabeza al ver las numerosas chanzas que prodigaba, desde sacar a una amiga italiana a cantar con él casi de espaldas dada su timidez, subir al escenario a gente del público porque decía sentirse demasiado solo o anunciar de despedida el Tomorrow never knows para descolgarse con una interpretación del Moon River. Sirvió como simple aperitivo.
Y entre esas varias almas que alimentan la personalidad de Redd Kross, comenzar con Linda Blair dejaba a las claras que no iban a olvidar en absoluto aquellos orígenes más cercanos al punk, al pop, al garage sucio de su Born Innocent (1982) y al gusto por los elementos más frikis de la cultura popular. Está en sus genes, y sus píldoras de puro power-pop fueron alternándose con aquellos inicios. Da igual que Jeff McDonald llegue justito de voz a las notas más altas, los coros y apoyo de su hermano Steve cumplen con creces la parte vocal, acompañados perfectamente por la batería del no hermano Roy McDonald y Jason Shapiro a la guitarra, sustituyendo para esta gira a la lunática presencia de Robert Hecker.
Sí, presentarán su nuevo y excelente Researching the blues, pero tienen que caer antes tres canciones más, Lady in the front row, Jimmy’s Fantasy, Blow you a kiss in the wind, para que suene el primer corte de dicho disco, Uglier. Y lo interpretan como una engrasada máquina de hard-rock setentero, antes de encarar el pelotazo pop que es Stay away from downtown.
Y ya eres consciente de que Redd Kross son pura energía. Jeff se acerca ya a los 50 tacos, pero el trallazo sónico del que son capaces tras treinta años de carrera demuestra que la edad no tiene por qué amansar a las fieras. Cosa que no deja de tranquilizar a un servidor, prácticamente coetáneo del larguirucho californiano. No, no estamos equivocados si aún hoy somos capaces de sentir la misma urgencia que cuando teníamos 20 años, no es una máxima irrefutable aquélla que dice que la edad te hace buscar sonoridades más tranquilas o apacibles. Si aún no pintamos canas en el pelo ni él ni yo, para qué vamos a hacerlo en el alma.
Por eso, volver a escuchar el Pretty Please Me de Quick/The Dickies es una gozada, porque Redd Kross hace tiempo que la hicieron suya. Y es a partir de ella donde sacan el pedal de su vena más sucia, y pueden volarte la cabeza con White trash, Burn out, Frosted Flake, St. Lita Ford Blues, I hate my school o el final ruidista de Crazy World.
Ken Stringfellow se marcó un par de temas con ellos, un Solar Sister de The Posies y un Peach Kelli Pop en el que debió dejar el escenario hecho unos zorros a escupitajos.
Redd Kross siguen siendo una máquina con más de un pulmón, una anfetamina nocturna, y su vuelta a escenarios y grabaciones, la demostración de que los años no han hecho mella.
Siguen siendo mucho más jóvenes que miles de jóvenes que conocemos.
Suena la corriente: "Stay away from downtown" - Redd Kross
Suena la corriente: "Stay away from downtown" - Redd Kross
Fantástica crónica. Eso de que tocaran juntos el "Solar sister" debió ser la bomba definitiva. Ahora luego publicaré algo sobre el concierto de anoche. Grandes Redd Kross. Un abrazo.
ResponderEliminarTe leo sin falta!!! Sí, estuvo bien el Solar Sister, pero Stringfellow pareció sobreactuado todo el rato!
EliminarA pesar de que la escasez de público hacia presagiar una noche un poco fría, Redd Kross se encargaron de calentar el ambiente con sus trayazos de pura energía, dejando nuestro oídos exhaustos además de nuestros gaznates secos y ávidos de una buena cerveza.
ResponderEliminarUn placer haber compartido esos momentos, y como no puede ser menos, me incorporo al club de lectores de "riorojo". Saludos desde Donosti!
Fue todo un placer, que esperemos tenga continuación!
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