Más de una vez alguien lo ha dejado escrito en algún comentario, e incluso nos lo han dicho personalmente: Río Rojo huele a vaca. Y lo que pudiera parecer crítica ingeniosa es tomado desde este lado de la orilla como comentario afectuoso, de esos que marcan la senda a seguir. Sí, olemos a vaca, desde nuestra barcaza navegamos entre campos por los que pacen apaciblemente tan insignes representantes del reino animal. (...)
Porque somos seres simples. De los de sota, caballo, rey, y si acaso, as. Unas buenas melodías pop, puro sonido de raíz americana, guitarras arrastradas entre lo acústico y lo eléctrico y la energía, desvergüenza y osadía del punk. Y por nuestra parte, poco más necesitamos para ser felices. Si todo eso se junta, aunque sea durante un simple instante, podemos incluso volar. Porque diez minutos, diez simples minutos del concierto que ofrecieron los canadienses Elliott Brood en Bilbao fueron capaces de convertirse en una eternidad de placer. Dos canciones de su último trabajo, el excitante Days into years, obraron el milagro. Dos canciones que conforman todo eso que le pedimos a la música. Un Northern air con la ensoñación nostálgica del campo abierto y el horizonte infinito y un If I get old con la cáustica electricidad de las guitarras de Neil Young conforman en sí mismas todo un microcosmos. Y enlazadas ambas, consiguieron que quien esto escribe alcanzara uno de esos momentos sublimes. Si redujéramos todo el concierto a esos diez minutos, podríamos hablar de un show excelente. Circunscritos a la hora y media que estuvieron en escena, lo convierten en memorable. Sin duda, uno de los actos que recordaremos con el fin de año.
Nada más salir al escenario, Casey Laforet se sentaba en una silla de la que parecía querer huir a lo largo de todo el concierto, se quitaba las botas, agarraba su guitarra, y así, a calcetín puesto, controlaba la pedalera. Parecían sentirse en casa. Y son detalles nimios como éste los que auguran grandes momentos. Stephen Pitkin a los tambores y Mark Sasso con sus guitarras, banjos y ukeleles y llevando la voz cantante no distorsionaban en nada ese ambiente casero.
Y allí que se lanzaron a esa mezcla de folk, country, bluegrass y rock, puro rock americano del que mezcla armonías, melodías y energía a raudales. Comparados en más de una ocasión con Mumford & Sons, es precisamente este elemento diferencial el que marca las distancias con los ingleses. Y personalmente, veo más divergencias que convergencias entre las propuestas de ambas bandas. Siempre les consideraré mucho más cercanos por energía y espíritu a Uncle Tupelo.
Elliott Brood revisaron sus tres discos oficiales, así como su Ep de debut, Tin Type. Y por allí sonaron espléndidas, urgentes, enérgicas revisiones de canciones de mucho fuste, como Oh Alberta, Second son, Lines, Lindsay, y se divirtieron como locos con el Old Dan Tucker vía las Seeger Sessions, que encajan a la perfección en los planteamientos de los de Toronto. Y se despiden con esa fantástica Miss you now, desbordante de melodía, sin necesidad de bises, ese acto cada vez más obsoleto y previsible. Ellos llegan, se descalzan, descargan, y se van a charlar con todos aquéllos que habíamos ido a verles, muchos menos de los que deberíamos.
Que olemos a vaca? Sin problemas, amigo.
Suena la corriente: "If I get old" - Elliott Brood
Aunque sé que la mayoría de las veces se dice en plan chistoso y con buena intención, personalmente eso de calificar todo aquello que suena ligeramente a country o folk como que "huele a vaca" no me gusta y me parece muy urbanita. Lo cierto es que nunca me han gustado las etiquetas de ningún tipo, aunque comprendo que de alguna forma tenemos que entendernos y que resulta inevitable tratar de comprimir o simplificar todo un mundo de sensaciones, emociones y arte en una palabra, pero si hay que utilizarlas que al menos sea con propiedad y sin inventar términos nuevos para cosas que hace mucho que ya se inventarón, no pasa nada por decir "Folk" y "Country" ¿No? Y todo el mundo lo entiende. Tampoco me gusta eso de "Americana", porque el folklore andino, por ejemplo, es exactamente igual de americano, si no más, que lo último que haya sacado algún grupo de Canadá.
ResponderEliminarDicho esto, el vinilo blanco de Elliot Brood parece salido de las ubres de una vaca, ja, ja!
Querido, a mí no me molesta, ya sabes, soy de zona de vacas, y me encantan los establos. Además, las bebo y las como...
EliminarEso sí, el vinilo es precioso!