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viernes, 1 de febrero de 2013

Iron & Wine
Vuelve el abrazo



Cuando hace unos días proponíamos una selección cualquiera de canciones para el invierno, comentábamos que Sam Beam tiene esa extraña capacidad de convertir un susurro en aliento caliente. Y siempre que suena una de sus canciones, entran ganas de abrazar a alguien, es un delicioso efecto secundario. (...)


Para qué vamos a negarlo, caímos absolutamente rendidos ante sus dos primeros discos, The creek drunk the cradle (2002) y Our endless numbered days (2004). Esa grabación lo-fi, a su manera, el primero de ellos desde su casa, esa voz entre desganada y susurrante, esas canciones llenas de sensibilidad, intimidad y cariño. El panel de sensaciones que lograron transmitir Iron & Wine era exuberante desde la sencillez, era folk puro y duro (déjate de monsergas indie-folk), era un puro arañazo, eran gotas de pop en cada surco.

Su propuesta corría el riesgo de no avanzar, aunque reconocemos que por nuestra parte ello no hubiera supuesto ningún problema. Podíamos quedarnos una eternidad junto a él. Pero no es Sam Beam autor sin inquietudes, sin una clara idea de su meta. Su colaboración con Calexico en In the reins (2005) ya apuntaba los futuros caminos, que fueron transitados en The shepherd’s dog (2007) y Kiss each other clean (2011). La instrumentación ya era parte consustancial de las canciones, pero éstas seguían teniendo ese sustrato sensible, esa entrañable carga hogareña que nunca habían perdido.

Pero es que podemos incidir en el principio, su música es abrazable, o llanamente, una invitación al abrazo. Con cualquiera de sus ropajes.

Y ahora ya tenemos el anuncio oficial de su vuelta en disco. Ghost on Ghost será publicado en abril y Lovers’ Revolution es el primer corte que podemos escuchar. Producido por su viejo conocido Brian Deck, y con participación de numerosos músicos amigos, gente de jazz y rock, pero gente con sensaciones a flor de piel.

Lovers’Revolution es un paseo jazzistico, y una vez más, no desaprovecharemos la ocasión de bailarlo bien agarrados.

Porque lo necesitamos.

2 comentarios:

  1. Yo le adoro. Pero prefiero su primera etapa más folk-susurrante.

    El Shepherd's es igualmente un discazo, pero prefiero su primera etapa (incluyo ahí el Around the well que me parece un doble acojonante -la versión de love vigilantes es... buahhhh-)

    Y el kiss each other clean es el que menos me gusta, peor no porque sea malo, sino porque como dices es más jazzísitico y a mí no me llega tanto.

    Este single no me ha entusiasmado, pero a ver el disco.

    Un abrazo

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    1. Evidentemente, caí rendido en esa misma etapa. Pero he ido asimilando su evolución sin mucho problema. Me sigue pareciendo simplemente delicioso.
      Un saludo

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