The Godfathers / The Hustlers El Veloz Murciélago Hindú Sala Fever, Bilbao (22/02/2013) Cerveza sin más sutilezas

Entraron como un elefante en una cacharrería en aquel ya lejano 1986. Rock crudo, directo, rudo y grosero, con revitalizantes bríos punk cuando en las Islas se comenzaba a anticipar los tiempos lúdicos del britpop. Rock proletario, malencarado, de barriada londinense venida a menos, sin demasiadas finuras. Y con esa lacónica sabiduría del obrero, aquel que sabe que en su puta vida sólo va a nacer, ir a la escuela, trabajar y morir. (...)

Y ese mazazo de filosofía pesimista les abrió las puertas de las listas, de las giras, de los pabellones. Pero siempre han sabido The Godfathers que lo suyo es más propuesta de bareto, de cerveza, de tugurio. Pasados los fastos, separados y vueltos a juntar, presentan ahora nuevo trabajo, Jukebox Fury. Que si ha habido evolución? No, para qué. Peter Coyne sigue teniendo esa imagen del tipo al que uno no se acercaría en un pub inglés ni a pedir fuego si no es amigo del cabezazo en la frente. Sabe que su estilismo es impostado, traje y camisa negra, deudor de su bautizo, que él es más de lenguaje soez, de entrega primitiva. Hello, Bilbao, make some fucking noise. No, no son sutiles, siguen a piñón fijo, siguen bramando y gritando (aunque ya la voz esté cascada), por eso, y por de dónde vienen, les quedan mejor estos escenarios menores y más cercanos por los que ahora se mueven, y posiblemente, la imagen cercana a la congestión que ofrecía Peter Coyne también agradezca el que no haya mucho espacio para brincar de un lado a otro.

Con estos mimbres, con los hermanos Coyne como miembros fundadores, más la guitarra del antiguo compinche en su primera aventura, The Sid Presley Experience, no vamos a ser nosotros quienes les exijamos matices varios. Ellos saben lo que pueden dar de sí, y nosotros lo que podemos esperar. Por eso repasan canciones que son clásicos menores pero con las que muchos hemos bebido más de la cuenta, cuando nuestros hígados (y los suyos) lucían mejor aspecto. Así que se lanzan a I want you, I’m unsatisfied, If I only had time, Love is dead, I want everything, Walking Talking Johnny Cash Blues, Birth, school, work, death o el Cold Turkey de Lennon ya hecho suyo, y anticipan que lo nuevo va por la misma senda, como ese homenaje a los Ramones en I can’t sleep tonight.

Así que fue noche de grasa y cerveza, que ya comenzó con los sonidos cavernosos de The Hustlers, el combo bilbaíno que invoca a los dioses de la jungla, que pasea reacciones psicóticas, que exorciza demonios a golpe de fuzz y que hace de su garage’n’roll un paseo por el lado peligroso del acantilado, invitando a saltar para sentir la libertad plena aunque sea en los 10 segundos de caída. Que tras el golpe, ellos seguirán a guitarrazo limpio. Presentaban las recientes demos colgadas en su recién estrenado Bandcamp, sonaron como nunca, potentes y arriesgados, y, como ya dijimos hace unos días, remiten directamente a los espacios más angostos de las cuevas que dan cobijo en nuestros montes, del Amboto al Gorbea, a los akelarres y ceremonias de invocación. 

Y antes de que los padrinos agarraran el cubata, El Veloz Murciélago Hindú presentaban su rock de clara escuela años 90, capaces de versionar desde el Ni tú ni nadie hasta a los Stray Cats.

Del estado del hígado al día siguiente, mejor no hablamos, verdad Peter?

Suena la corriente: "Walking Talking Johnny Cash Blues" - The Godfathers