Cuando consigues que cada concierto se convierta en una auténtica fiesta, sembrada de rock’n’roll y camaradería, con la base de una guitarra, un bajo, unas teclas y una batería, es que lo tienes. Ese punto mágico para saber captar la esencia de unas canciones creadas hace tiempo, ancladas en una época, pero disfrutadas cada día por cientos de tarambanas. Esa es la magia de la música en directo. (...)
Ya hemos dicho en otras ocasiones que Mountain Men se asemejan a esas superbandas que siempre se han creado para dar rienda suelta al gusano que un grupo de músicos siente por un grupo de canciones. Vamos, la base de toda esta feria que conocemos como rock’n’roll. En su caso, todos provienen de otras bandas, siguen tocando con ellas, pero cada dos por tres se reúnen para celebrar la misa de unos sonidos que son parte de ellos. Miguel Mora, Jokin Salaverria, Romina Patina y Natxo Beltrán son gente que ya nada tienen que demostrar, y que se empeñan noche sí y noche también en pasear por canciones compuestas hace décadas pero que ellos mismos saben que hoy en día no necesitan de mucho para tocar la fibra del rock más voluminoso, más grasiento, más sabroso.
Así, sus revisitaciones habituales a gente como Thin Lizzy (que amplifican lo que fueron sonando a gloria en noche de víspera de San Patricio, patrón irlandés), UFO, Rick Derringer, The Doobie Brothers, Free, Wishbone Ash, Ted Nugent, o su otra gran referencia tras los irlandeses, Grand Funk Railroad, hacen que el paseo por la memoria que supone enfrentase a ellos en directo sea algo más que volver a las carreteras que más de uno se ha pateado en numerosas ocasiones. Al fin y al cabo, es volver a un rock’n’roll sembrado de cuerpo y espíritu lúdico.
Y en esta ocasión con un componente sentimental. Jokin Salaverria y su bajo inician una aventura americana de la que no dudamos que disfrutaremos sus frutos pero que nos lo va alejar durante un tiempo. Sabemos que el inquieto nunca para, así que le veremos en más de una ocasión por estos escenarios, pero aprovechamos para desearle la mejor de las suertes. Porque es uno de esos tipos que sabe hacer que charlar sobre música con él se convierta en lo más cercano a vivirla.
Por todo ello, no pudo ser más que una fiesta volver a escuchar Rosalie, o esos Rock and roll Hoochie Koo y A fool in love que son delicia rítmica, el Cowboy Song o el Yank me directos a su objetivo, bailar con la presencia de Sara Iñiguez acompañando el Reelin’ in the years de Steely Dan o el eterno Things get better, sabiendo que al final sonaría el We’re an american band que resume a la perfección de qué trata esto, la mercancía con la que tratan Mountain Men.
Buen viaje, compañero.
Seguiremos viéndonos por esos bares.
Suena la corriente: "We're an american band" - Grand Funk Railroad
Suena la corriente: "We're an american band" - Grand Funk Railroad
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