Hey, ladies and gentlemen, iiiiif you wanna come on down and shake with us, iiiiif you know the power of rock’n’roll and save your soul… oh, yeah… Yo no lo puedo remediar. Adoro las introducciones con saludo, como la educación manda, hey, señoras y señores, creen ustedes en el poder del rock’n’roll?, y acto seguido, te sueltan un sopapo de energía en toda regla, Sweet beat, ya midiendo si estás eternamente dispuesto a entregarte a la ordalía que establezca el fin del aburrimiento. (...)
Y por si tenías dudas de dónde te habías metido, el siguiente acto es directamente la versión del viejo That’s all de Al Garris, r&b/soul al ritmo trepidante que marcaban las guitarras de otra época. Sí, debes tener claro que estás ante uno de esos artefactos que van a marcar tus sudores, tus cogorzas, tus bailes desenfrenados, tus bajadas al abismo lúdico, tu misa negra de entronización del rock’n’roll como máxima enfermedad y guía perpetua de actuación.
Joder, si lo vas a tener claro. Tanto, que si al final del disco Don Juan y Los Blancos no te han ayudado a hacer un corte de mangas a tanta perfidia maloliente como supura esta sociedad en los estertores del capitalismo, es que lo tuyo ya es metástasis grave. O que estás sordo. O que vas a dieta por el camino, olvidando la rica grasa.
Porque lo que propone esta banda de Los Angeles no es más que el cóctel perfecto de soul, r&b, 50’s rock’n’roll, 60’s girl power pop, punk de arrebato, garage sónico, surf espiritual, puro, puro, puro frat-rock. Sí, esa locura rítmica que hace años naciera en los arrabales de la fraternidades americanas, pasada por la música más incendiaria proveniente del gueto negro, de la mano de los estudiantes que de ello sólo tenían el nombre, y por cruz una guitarra. Como el Don Juan de origen mejicano, que en 2008 se juntó a la bella y aguerrida dama Becky Blanca, se hicieron abrazar por la familia, Handsome Dan Blanco, Larry Blanco, Roger Blanco y Doug Clever Middle Name Blanco y decidieron que los suyo era juntar en el mismo baile a Eddie Cochran con las cinco Runaways, a Wanda Jackson con los cuatro Fleshtones.
Éste es su segundo disco largo, con doble nombre según formato. La edición en lustroso vinilo frambuesa de los siempre refrescantes chicos de Rufus Recordings lleva, además de dos canciones más, por nombre Tuff as Heck!. La edición digital de su casa madre, Wild Records, Poder Blanco!
Pero sea cual sea el nombre o el formato, ahí tienes a las girl-bands de toda la vida en Mean Streak, el Chicken walk de su/nuestro adorado majara Hasil Adkins, el soul de Better this way, el corazoncito sensible y trepidante que Isley Brothers tomaran prestado en That lucky old sun, el pop-punk de dos minutos y basta en Bop on, el rock&roll de Feel so blue y Bottom of the bottle, el garage refrescante de Runnin’ o Wild gal, el blues arrastrado de Don’t quit me baby, los dos cortes adicionales vinílicos, Creature man y el instro-surf Roll your R’s o el Tick Tock que parece machacar en un garaje el eterno Everybody needs somebody to love.
Don Juan y Los Blancos son en estos momentos una de las grandes sensaciones.
Pero cómo no lo van a ser con la sudada que llevo encima.
*Compra el disco a través de Rufus RecordingsSuena la corriente: "Sweet Beat" - Don Juan y Los Blancos
Tengo yo ganas de darme una vueltecita por la escena angelina. Me ha gustado siempre la música que han facturado allí, desde los Byrds hasta Thee Oh Sees, y estos mendas pueden ser una buena ocasión.
ResponderEliminarExcelente entrada.
Saludos,
JdG
Dales una escucha, Javier, sí, son puro Los Ángeles
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