Ya sabemos que hay artistas capaces de volcar en su obra cuanta neura, filia, fobia cruza por su mente, convirtiendo aquélla en una especie de diván del psicoanalista, abrazadera donde apoyarse para evitar, o transcurrir, por la depresión. En el cine, Woody Allen ha convertido esa capacidad en un arte (la mayoría de las veces) o en un simple negocio (en otras ocasiones, si bien contadas). (...)
No dudamos que todo aquel que escribe canciones vuelca de una u otra manera sus demonios o ansias interiores en ellas. Pero Mark Oliver Everett va camino de convertirse en el Allen del pop. De ahí que cuando anuncia nuevo trabajo, muchos somos los que esperamos sus letras para analizar caseramente su estado de ánimo.
A ello ha contribuido una carrera espléndida, pero principalmente la trilogía que bajo la evolución de la tríada deseo/desamor/estabilidad confeccionó en Hombre Lobo (2009), End Times (2010) y Tomorrow Morning (2010), sin olvidar sus valores musicales, que en el caso del disco licántropo lo convertían en uno de los trabajos esenciales de la década. Y todo ello, apuntalado si cabe más por el éxito de su delicioso libro autobiográfico Cosas que los nietos deberían saber.
Y lo primero que uno observa al enfrentarse a Wonderful, Glorious es que él también está cabreado con la situación político/social a la que nos han conducido. Bombs away (…I’ll no longer keep my mouth shut…) y Kinda Fuzzy (…I’m up for the fight…) parecen apuntar en esta dirección. Claro que cuando llegas a On the ropes, descubres que sigue con su análisis interior con la delicadeza que le caracteriza (…I’m not knocked out, but I’m on the ropes…). Y te quedas en esa canción por su belleza, por la gema pop que atesora y porque es capaz de atraparte en su apenas tres minutos.
El disco deja un poso lírico optimista, y eso nos vale. En cualquier caso, uno tiene la sensación de que Eels va poco a poco convirtiéndose en un género musical en sí mismo. Pocos músicos hay hoy tan reconocibles a la primera escucha, ya sea por voz, letras, tratamiento instrumental o influencias musicales. Lo suyo sigue siendo un compendio de pop delicado (Accident prone, On the ropes, The turnaround, True original), blues cerca de la deconstrucción (New alphabet, Stick together y Open my present tiene más de un punto en común con lo que hoy en día andan desarrollando The Black Keys, ya sea en su banda madre o en colaboraciones como la de Dr. John), folk clásico con sabor 60’s (no otra cosa es I’m your brave little soldier, joya incluida en los excelentes bonus tracks) o funk rozando casi la música disco (la canción que da título al trabajo). Pero todo su pastiche tiene personalidad propia, vaya si la tiene, además de aromas que evocan al pop imperecedero, desde Kinks (su tratamiento de las melodías seimpre me remite a ellos) a Lovin’ Spoonful (la versión de Summer in the city en los cortes en directo que incluye la edición deluxe).
Habiendo abierto la composición a los demás componentes de la banda, reafirmando la idea del conjunto antes que la individual, ganan en matices y contribuyen a ese asentamiento como género en sí mismo.
Que esto significa que Wonderful, Glorious no supone evolución? No importa mucho.
A mi hace tiempo que me tienen más que ganado.
Ya saben, me pierden las cosas que parecen pequeñas, pero no lo son.
Suena la corriente: "On the ropes" - Eels
Suena la corriente: "On the ropes" - Eels
Este disco me tiene namorao. Buenísimo (en mi opinión).
ResponderEliminarPara mi no es su mejor trabajo, pero aún así, este tipo me puede... y engancha.
EliminarPara mi uno de los mejores discos del año y todo un descubrimiento. Cada vez que lo escucho acabo teniendo la sensación de que hacen falta mas discos como este y mas tipos como Mr Everett.
ResponderEliminarDiscazo.
Que hacen falta tipos como Everett yo no lo dudo. Y si lo de descubrimiento viene por sus discos anteriores, ya verás, hay auténticas gozadas.
EliminarUn abrazo