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lunes, 29 de abril de 2013

Lee Ranaldo
Kafe Antzokia, Bilbao (25/04/2013)
Lo lleva en los genes


No deberíamos olvidar que sobre el escenario del Antzokia estuvo presente el 50 % de Sonic Youth. Cierto que no esa mitad que se llevaba la mayoría de oropeles y que de alguna manera dirigía férreamente los caminos de la Juventud. Pero sí esa otra mitad que actualmente, una vez entrado en barbecho el grupo madre, parece tener más claro hacia dónde dirigirse, el camino que quieren transitar. (...)


Revisando la reseña que sobre el Between the times and the tides hicimos en Río Rojo hace ahora casi un año exacto, podemos entresacar dos comentarios literales: el disco de Lee Ranaldo suena compacto, con personalidad, con entidad propia, y suena a pongamos los cimientos para una carrera que a partir de ahora va a tener que volar sola; y un segundo descansando sobre la música hecha durante los 90, y un ojo abierto hacia el futuro por venir.

Y es ese, en cierto modo, giro estilístico el que comprobamos en directo. Con un Ranaldo cercano, hablador y en apariencia sincero, contando anécdotas y sabiendo que ahora el peso recae en exclusiva sobre su figura y sus guitarras. Con Steve Shelley poco necesita para alcanzar la conjunción perfecta, y Alan Licht y Tim Luntzel saben que no pueden perder ni un segundo de los malabarismos escénicos del jefe, porque la improvisación, cuando se da, exige la mayor de las atenciones para que no se diluya deslavazada.

Y así, canciones como Off the wall o sobre todo Lost remiten directamente al pop con caparazón eléctrico que tan buenos resultados dio durante el primer lustro de los 90, recordando a grupos que lo tenían en su médula aunque lo vistieran con ropajes metálicos, como Buffalo Tom o principalmente unos Dinosaur Jr bajando algo el pedal del fuzz. En la soberbia Xtina as I knew her nos recuerda sus épocas de estudiante, entre chupitos de tequila y yerba sabrosa y en Shouts no olvida el Occupy Wall Street y el permanente cabreo social. Y el elemento pop queda claramente trazado en las versiones, una sorprendente Thank you for sending me an angel de Talking Heads que les encaja como un guante y una arriesgada Everybody’s been burned de The Byrds que resuelve más que bien, e incluso ese ya no tan sorprendente acercamiento al power-pop de raíz americana que intuimos en alguna de las canciones que irán en su próximo disco, como la espléndida que pone fin al set inicial y oficial.

Ahora bien, si alguien pensaba que Ranaldo abandonaba definitivamente todo acercamiento a la experimentación más ruidista, que no se olvide de Hammer blows, convertida en directo en un apocalipsis eléctrico zurrando el mástil de la guitarra con un arco de violín.

Lo lleva en los genes.

Suena la corriente: "Lost" - Lee Ranaldo



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