El año pasado, una pequeña discográfica, Two Mad Records, y uno de esos autores que desgraciadamente muchos catalogamos como de minorías, Paul Zinnard, nos sorprendieron con un disco de los que dejan regusto dulce en el paladar y que incluso consideramos de justicia estuviera en la lista de lo mejor del año. Orbit one se ha convertido en recuerdo muy presente entre las últimas novedades nacionales. (...)
Y supongo que cada uno, compañía discográfica, artista o músico es responsable de labrarse el prestigio o la imagen que proyectan sobre nosotros. Lo difícil es mantenerlo. Por eso, cuando nos enfrentamos a una nueva referencia de Two Mad Records, no podemos evitar hacerlo con los oídos predispuestos. Y más, cuando el autor de Landscapes & Still-Life, Willie B. Planas, tiene más de un punto en común con Zinnard. Desde su coincidencia en The Pauls, hasta la presencia de éste como bajista y productor de este trabajo.
Y sí, una vez más, nos obligan a no estar equivocados. Es el valor de la belleza de las pequeñas cosas, hechas desde el corazón, desde la pasión del amante de la música, desde el punto de vista de quien siente la necesidad de expresarse, por supuesto que con la intención de llagar a cuanta más gente mejor, pero sin la presión de que ese deseo influya en lo que necesita contarnos.
Y claro, nada más comenzar los acordes de Rings of Saturn revisited, con ese hammond que serpentea por entre ese blues-soul arrastrado, uno se da cuenta que hay más de un banderín al que engancharse. Los sabores beben directamente del rock americano de toda la vida, del que chupa ya sea de Dylan como de Petty, del que vaga por carreteras secundarias, del que establece paisajes a golpe de armónica y pensamientos desgajados que conforman el todo de una visión. Y más allá de eso, la voz, los toques de guitarra, y por encima de todo, ese omnipresente órgano, teclas bajo las yemas de Mauro Mietta, dotan a estos Landscapes de un delicioso toque soul, sí, del que te atrapa y no te deja.
Willie B. Planas presenta su segundo trabajo, y ha conseguido un disco de esos capaces de acariciar las noches sin luna y los días con nubes. Canciones como Castaway o Running naked acarician desde el pop-rock y son capaces de llevar la imaginación a los pasajes más tranquilos y sentidos de los Rumour de Graham Parker. Living longer, moving faster emparenta al pop de los 80 con Petty y las armónicas de Diamond eyes encaran el tramo final, con un Old-timers know deudor del Neil Young de entonación acústica y la nostalgia que desprende The beauty was a beast.
Será, como decíamos, el placer de las cosas pequeñas, de las piedras preciosas de aparente poco valor y núcleo capaz de hacerte rico.
*Compra el disco en Two Mad RecordsSuena la corriente: "Castaway" - Willie B. Planas
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