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La música vive un momento que parece de oro al menos en uno de sus márgenes colaterales: la publicación de libros con esa temática. Hay editoriales nuevas, los títulos que repasan el legado histórico de grandes bandas se suceden, artistas y músicos dan el salto de la composición rítmica a la literaria y quien más quien menos tiene algo que decir al respecto. Y todo ello sea bienvenido con tal de elevar el nivel y conocimiento de la historia que nos ha traído hasta nuestros días. (...)
Sí, quien más quien menos se considera con derecho a dar su visión, pero en el caso de Jesús Ordovás y su libro Viva el pop (Ed. Lunwerg), este derecho es casi una obligación por su parte. Ordovás es un elemento en sí mismo de la historia reciente musical española, y más en concreto del tan cacareado participio femenino del verbo mover, que no fue otra cosa que una explosión lúdica y un despertar a sonoridades que eran habituales en otros ámbitos geográficos exteriores, pero que aquí comenzaban a desperezarse tras la salida del túnel de la dictadura, hacia 1977.
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Tanto, que Jesús Ordovás, fetichista y coleccionista empedernido, comparte con el lector fotografías personales, viejos carteles de conciertos, flyers, chapas, entradas, portadas de discos, extractos de revistas de la época, fanzines, portadas de maquetas… Un recorrido visual (el libro lleva por subtítulo “De la movida a la explosión indie, una historia gráfica del pop español”) que a los de una cierta edad aportará una visión nostálgica de un pasado no tan lejano y a los más jóvenes, las pautas para comprender mejor cómo hemos llegado hasta aquí. Al menos musicalmente, claro.
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Tampoco debería haber mucha objeción en el apartado Quién es Quién. Dada su limitada extensión, no deja de ser una selección personal del autor. Pero sí llama la atención la ausencia absoluta a lo largo de todo el libro de algunos nombres que algo tuvieron que decir en diferentes épocas. Por ejemplo, Julio Ruíz y su programa radiofónico Discogrande, que, aunque alejado de nuestros particulares gustos grasientos aquí en Río Rojo, fue una voz con algo más que autoridad en la explosión indie de los 90 y 2000.
Pero evidentemente, cada uno es dueño de sus propios recuerdos, y éstos los amoldamos a nuestros gustos. Por eso los nuestros añoran también a Fernando García y su programa Sin Nicotina.
Aquello sí era puro pop.
Suena la corriente: "Esto no es Hawaii (que wai)" - Loquillo
Aquello sí era puro pop.
Suena la corriente: "Esto no es Hawaii (que wai)" - Loquillo
Me pregunto si los Rescuers saldremos mencionados de pasada en el libro, porque fuimos entrevistados por Jesús a finales de los 80.
ResponderEliminarMuy interesante eso que dices sobre el ineludible destino hacia la pista de baile de la música pop, ya que algo parecido pasó con el Soul que derivó hacia el Funk y la música disco. A mi no me disgusta bailar, lo que no entiendo es por qué coño a la inmensa mayoría de la gente parece gustarle bailar cosas tan machaconas y electrónicas, con lo bien que se menea el esqueleto al ritmo de los Fleshtones, o aquellos insuperables pies de James Brown ¡Eso sí que era bailar!
No querido, los Rescuers no aparecen. Ojalá. No es una historia del pop, el texto es más bien poco y casi de acompañamiento. Es un repositorio visual de memorabilia, en algunos casos muy jugosa, como las entradas (a muchos de esos conciertos fuimos, de seguro tú también).
EliminarPero no creo en lo ineludible del destino del pop en la pista de baile. Todo depende del concepto de pop, y el mío está bastante alejado de Ordovás, aunque alguna vez en el tiempo coincidiéramos.
Hoy en día, en los terrenos pop, power-pop, pop-punk, se siguen haciendo cosas extraordinarias, muy alejadas de todas esas ideas de pop de escaparate.
Pero en fin, así están las cosas.
gracias, por el comentario. Soy Fernando Garcia, el de sinnicotina, jajajajajajajajajaj. Emocionado que todavia haya gente que se acuerde del programa y que lo menciones. Gracias
ResponderEliminarA la buena gente nunca se le olvida, caballero. Y la emoción es mía por verte en estas aguas.
EliminarUn fuerte abrazo...