lunes, 6 de mayo de 2013

Los Deltonos
Sala Azkena, Bilbao (03/05/2013)
Mientras la enfermedad aguante


En unos papeles digitales como éstos, que llevan por subtítulo Rock’n’roll y otras enfermedades, acoger a un grupo que tuvo hace años sus señas de identidad en una canción llamada (Soy un) hombre enfermo, incluida en un disco de título Tres hombres enfermos, nos produce algo parecido a la emoción, por más que de aquellos enfermos sólo quede en la banda Hendrik Röver. (...)


Los Deltonos siempre han sido su principal vehículo de expresión, y mientras él tenga cosas que decir y cantar, éstos tendrán vida. Y más ahora, que parece hubieran encontrado el equilibrio que marca la senda a seguir, que editan discos con la misma regularidad que maestría sonora, y que Röver recoge el trabajo de tantos años convirtiéndose en productor más que reputado y sus estudios, lugar de peregrinación para quien tenga la música de raíz norteamericana como savia.

No, en el concierto del Azkena no sonó (Soy un) hombre enfermo, pero sí tuvieron cabida otras joyas pretéritas de su cancionero, como Qué podríamos hacer, No puedo esperar, Bien, mejor o No, señor, guiño más que suficiente para recordarnos que son de aquéllos que allá por finales de los 80 ya estaban dando guerra.

Y prueba de ese momento dulce que atraviesan es que comiencen con Feliz, plena declaración de situación, y que se les vea en escena divertidos y contentos. Ellos saben que ahora puede tener más predicamento ese cazurro boogie que siempre han llevado con elegancia y chulería, porque hay músicas que necesitan de la arrogancia bien entendida para saborearlas. Músicas que enlazan con el mejor cancionero tradicional americano, el que corre entre rhythm & blues, entre country-rock, entre tozudos trallazos de adrenalina. Músicas que por muy americanas que nacieran, dieron el salto a corazones de otros charcos. Por eso, uno escucha a Los Deltonos y sabe que son nuestros ZZ Top nacionales, sí, ya les tributaron hace muchos años con barbas postizas, pero también saben recordar a nuestros queridos Mermelada, ese J. Teixi que tuvo en ellos compinches con gustos igual de sudorosos.

Y así, reposando el concierto en sus últimos discos, desde Saluda al campeón (2012) hasta GT (2005), se suceden boogies como Saluda al rey, medios tiempos de barra de bar como Brindemos, la excelente Gasolina, esos desarrollos de guitarras ensortijadas recordando a los Allman Brothers en No por nada, baladas arrastradas como Cierra al salir (qué mejor manera de despedir una relación que diciendo: ponte otro café, cierra al salir, que te vaya bien), recuerdos a los Stones o a nuestros Tequila en Repartiendo o la confesión del mayor de los desentendimientos con la juventud de discoteca en Discotheque Breakdown.

Hendrik Röver, excelentemente escoltado (un aparte especial merecería el inmenso Fernando Macaya a la guitarra), sigue al mando del volante, marcando ruta, y nosotros bebiendo con él.

Mientras la enfermedad aguante.

Suena la corriente: "Saluda al rey" - Los Deltonos

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Para muchos de los que cantamos y contamos lo que sentimos, vemos y padecemos usando como vehículo el Rock'n'Roll, ver a Hendrik Röver y a LOS DEL TONOS con ese peso en su música y ese poso en el escenario es motivo de orgullo (por ver que aquí hay gente que puede competir con los de fuera de la península) y un acicate para intentar llegar a ese nivel de ejecución y armonía. Sin contar la forma de llevar su carrera a la hora de seguir en este mundillo, manteniendo el equilibrio y la independencia. BRUTAL!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luis, tú lo has dicho, con excelentes palabras. Así que me sumo a tu último BRUTAL!
      Un abrazo...

      Eliminar
  3. Muy buen concierto, que volvió a demostrar que Los Deltonos son rock en su esencia más pura.

    saludos

    ResponderEliminar