Un fin de semana de las características del que hemos pasado disfrutando en el IV Rust Fest Frías 2013 exigiría por sí mismo una crónica que seguramente resulta imposible de escribir. Cuando has logrado sentir magia, la del entorno, la del lugar del evento, la de las nueve bandas participantes, la de la gente que ha asistido, aprehender eso en unas palabras se antoja casi un sacrilegio. No sea que, una vez puesto todo negro sobre blanco, esa magia se fuera a esfumar. (...)
Pero los procesos mágicos tienen mucho que ver con los territorios de la memoria, esos que uno mismo va conformando en base no sólo a lo experimentado, sino a lo sentido. Y es ahí, cuando la memoria y el sentimiento convergen, cuando nosotros ya nada tenemos que hacer. Cada uno lo tendrá interiorizado de una manera, distinta, especial, entrañable, lo vivido y recordado. Así que este cronista, que habitualmente trata de mantener las distancias (y siempre fracasa, seamos claros) poco tiene esta vez que contar o decir. O poco debería tener, si quisiera ser objetivo. Demasiada implicación emocional, demasiado sentimiento gobernando ya el recuerdo, demasiado ímpetu entregado ya en estas tres jornadas.
Porque habría que comenzar con unos agradecimientos que siempre quedarían cojos. A Joserra Rodrigo, por haberse dejado jirones de alma y cuerpo, como en todo lo que hace, por ser mi groupie y yo la suya, y por haber permitido que servidor se sintiera un poco más partícipe si cabe, pronunciando una charla en la que volcar los sentimientos que Neil Young es capaz de transmitir. A Manolo Granpa, por no dejarme solo en esas labores de hablador escribano. A la Asociación de Amigos de Frías, sabiendo que queda frío dejarlo así, pero que es imposible nombrar a todos los que lo han hecho posible. A Antonio Casado y su Playa de Neil, el origen de todo. A la tanda de bloggers que nos pusimos cara, nos abrazamos y nos bebimos las barras. A mis crémolos. A mi familia, por estar conmigo. A la ciudad de Frías y a su gente, por acogernos y hacernos sentir en casa. Y a todos los que participaron con la única intención de disfrutar. Y al Castillo mágico, por resistir.
Pero, por encima de todo, gracias a la música de Neil Young, por ser capaz de aunar emociones, por ser capaz, sencillamente, de existir. Y a nueve bandas que son el meollo de todo. Hablamos de música, y todos los que pululamos alrededor, los que la disfrutamos, los que la escribimos, los que la bebemos, los que la sentimos, nada de ello haríamos si no fuera por los músicos.
A Marrakesh Express, porque tienen la varita de la emoción en las voces, capaces de hacer sentir la magia de los propios CSN&Y en el mismo centro del Castillo.
A Rustie Harvesters, por la sensibilidad de una familia aunando gusto y pasión, por tener a nuestro propio Joe Cocker de los Rust Fest, y por bordar la emoción en el pase mañanero del sábado en la Iglesia de Frías.
A Zimmerband, por tener los santos cojones de encararse con el Tonight’s the night en un festival y hacer que el disco sonara esplendoroso en su desnudez emocional.
A Crazy Ponys, por traspasar la contundencia eléctrica de Young, atreviéndose hasta con un Walk like a giant, y regalar un puñado de clásicos
A The Basement Tapes, por tener el descaro del rock’n’roll en la juventud, la suya y la que dieron a Time fades away.
A Rustie Kastúo, porque cierran un círculo enlazando a Neil Young con los Ramones, con la distorsión de una guitarra acelerada.
A Fakeband, por no ser de este mundo, por saber sembrar la magia cada vez que suben a un escenario, por tocar la gloria con un Southern Man apoteósico y por hacer que levantara mi puño en Ohio.
A The Shocking Beards, por regalarnos la base rítmica más histórica del rock nacional y junto a Gonzalo y Alberto realizar los desarrollos instrumentales más brutales.
A The Singin’, por ejecutar el fin de fiesta necesario, y por castellanizar a Young desde la chulería y el casticismo.
A todos y cada uno de los músicos que se subieron al escenario Open Mic en la calle, porque lo son. Músicos.
Lo dije en la charla, y lo reafirmo pasado el festival.
Ninguno de estos músicos tocó una sola canción de Neil Young.
Lo que hicieron fue regalarnos canciones y sentimientos del viejo.
Ninguno de estos músicos tocó una sola canción de Neil Young.
Lo que hicieron fue regalarnos canciones y sentimientos del viejo.
Por eso, aunque ésta sea una crónica fallida, hoy estoy un poco más vivo.
Y siempre, Ella.
Y siempre, Ella.
*Podéis ver un impresionante set de fotos de la jornada del sábado en Rock In Focus, cómo no, de la mano de Eneko GarcíaSuena la corriente: "Over and over" - Neil Young & Crazy Horse
Aquí estoy, volviendo a casa de copiloto muda, fundiendo la batería del móvil porque quiero revivirlo todo mil veces más, quiero leer crónicas, quiero ver fotos... No me quiero despertar, Josetxo. Un beso, querido, eres un sol.
ResponderEliminarHay cosas de las que no deberíamos despertarnos, lu. Un besazo a los dos, enorme....
EliminarGrandes recuerdos leyendo tu cronica,un gran fin de semana en una ciudad preciosa y con gente maravillosa, pero ante todo te quiero agradecer de corazon, tu ilusion, tu entrega y haberme hecho vivir este festival, porque se que esta vivencia se queda muy muy dentro de mi y para siempre, gracias Josetxo (que sepas que te quiero un monton).
ResponderEliminarCruz, lo bueno es eso, recordarlo y haberlo vivido juntos...
EliminarNo es una crónica fallida, es una crónica magnífica. Un placer haberte conocido, Río Rojo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gonzalo, eso es algo de lo inolvidable, habernos abrazo y puesto caras. Rockin' on the net always...
EliminarJoder Josetxo, me has hecho volver a soltar la lágrima reviviendo estos tres días. Feliz de haber podido compartir con todos vosotros este sueño, feliz de haberte conocido en persona y feliz de tener unas agujetas que a cada paso me hacen pensar en tito Young.
ResponderEliminarUn abrazo (A mi también me hicieron levantar el puño en Ohio)
Ay, Albertillo, no he tenido momentos de bajón durante el festival, pero si los hubiera tenido, con haberte buscado para ver tu cara de emoción, hubiera bastado para remontar cualquier pared... El placer ha sido mío conociéndote, tío (y le mandaré a Joserra una foto en que estamos los tres...)
EliminarTodo magia. Es una crónica insuperable, así como te lo digo, en el nombre de los Druids, jejeje. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEsos RC Druids merecen un repaso a la de ya.... y sigo dándole vueltas al otro nombre! Pero con tantas cosas que recordar de Frías...
Eliminaruna vez más, hermanito, feliz de haber estado ahí contigo en ese maravilloso "mundo mágico" que tanto amas! sumaremos al montón de recuerdos del finde esta hermosa y sentida crónica. Mil besos para tí y para ella.
ResponderEliminarPero lo mejor es haber compartido ese "mundo mágico" juntos, mayi. Un beso enorme...
EliminarBufff emociones por doquier, haberte conocido ha sido espectacular... grande la crónica y tienes razón, Joserra lo da todo y se deja los jirones del alma en todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Savoy, ese Joserra,..., y esas pinchadas en las que volveremos a coincidir, sin duda
EliminarUna Crónica maravillosa, siguiendo tu estilo, no fallida sino genial.
ResponderEliminar¡Como sabes trasmitir emociones! He tenido que desempañar las gafas otra vez.
REPITO, ahora en tu blog: Ha sido todo un placer ayudarte en todo lo que necesitabas, compartir tus emociones a pie de escenario, tu tranquilidad, dicción y capacidad para transmitir en la charla y sentir que en todo momento gozabas al máximo de un evento en el que nos hemos volcado desde que nuestro amigo Joserra nos lo inyecto en vena.
Espero que esto solo sea el comienzo. Iñaki
Iñaki, las gracias siempre serán de mi parte para vosotros, por hacer lo que habéis hecho, y por no dejarme solo ante el peligro... Un abrazo, tío, y hasta la próxima comida/cena, que espero no sea en mucho tiempo...
EliminarPablo
ResponderEliminarQueria comentar algo, pero lo cierto es, que son tan buenos los momentos vividos, que sobran las palabras.
Me quedo con el recuerdo.
Tienes razón, Pablo, lo mejor son los recuerdos que nos quedan a todos...
EliminarTanta emoción es difícil de plasmar en palabras pero desde luego has logrado que reviva varios momentos de este fin de semana tan mágico y vuelva a romper a llorar. Qué experiencia más bella, no se puede pedir más. Gracias por acercarme con tu conferencia mas a Neil Young y por desbordar cariño y simpatía con todos inclusive conmigo que no nos conocemos, bueno, ya después de ésto sumado a la GRANDIOSA conferencia de Dylan te puedo asegurar que no olvidaré nunca a Río Rojo. Un abrazo fuerte!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, Josetxo.
ResponderEliminarFue un enorme placer conocerte y espero vernos el próximo año.
Un abrazo.
Pepe - Rustie Harvesters
Josetxo, has estado, como siempre, fantástico.
ResponderEliminarDicen que "menos en más" y tu has sabido encontrar las palabras justas para cada uno. Enhorabuena, artista !!
Un abrazo fuerte y me quedo con las ganas de que nos veamos pronto,
Ángeles "manayé".