
La verdad, no merece la pena indagar en las razones que han convertido la propuesta musical oficial de la Aste Nagusia 2013 en un auténtico páramo. Es algo que se lleva intuyendo desde hace años y que ya no sorprende. Salvo el habitual esfuerzo de la ya clásica muestra de Pop-Rock local en el Bilborock, queda en exclusiva la iniciativa privada para quienes soñamos con alejarnos de la fanfarria sonora de la vulgaridad. Y si esta iniciativa ofrece txupines de fiesta como el del pasado sábado, quedamos más que contentos. (...)
Porque cuando, a una hora en que las brujas llevan ya un buen rato durmiendo, se subían al escenario del Antzokia los chicos de Guadalupe Plata, comenzábamos todos a bajar los escalones que llevan al infierno en pecaminoso paseo guiados por las garras de los de Úbeda. Lo suyo no sólo es una relectura del blues en clave primitiva, sino un fantasmagórico recorrido
por una psique dañada durante horas y horas de escucha de los sonidos del maligno. Que sea el blues, una música tan relacionada con el lado diabólico de ángeles y humanos, el elemento conductor de su propuesta, no hace que dejen de lado otros abismos igualmente atrayentes. Así, el garage, la psicodelia, los sonidos tribales africanos confluyen en el halo cacofónico, gutural, redundante hasta nublar los sentidos que fueron capaces de ofrecer. Lamentaciones desérticas como las de Como una serpiente recuerdan que la música puede ofrecer sensaciones placenteras a partir del dolor, más allá de que éstas sean pronunciadas en un castellano por momentos ininteligible.

Guadalupe Plata no basan su mensaje en el contenido lírico, sino en la creación de un ambiente opresor donde el susurro lastimero del oyente quede sepultado entre la mala baba de quien ejecuta esa opresión. El hipnótico tamtam percusivo de Carlos Jimena envuelve la sucia distorsión de la guitarra y la voz de Perico de Dios, con el machacante Paco Luis Martos agarrado a su bajo de barreño. No necesitan títulos para sus discos, como tampoco los necesitarían para sus canciones. Simplemente lo que son capaces de expresar en canciones como Milana ya basta para saber que estos tres tipos pueden trasladar al rock’n’roll lo que el crimen de Puerto Hurraco supuso para la España negra cañí.


Lo dicho, esta bendita iniciativa privada al menos consigue que bebamos un mucho de rock’n’roll y con apenas presencia de pañuelitos azules de fiestas al cuello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario