Ya se han anunciado los nombres de los finalistas de la XXV edición del Concurso Pop-Rock Villa de Bilbao, que hemos estado cubriendo en su apartado precisamente de pop-rock. Y no podemos poner ninguna pega a los tres seleccionados para la final que tendrá lugar el 9 de noviembre en Bilborock: los madrileños Al Berkowitz, los gallegos Cró! y los murcianos El Bueno El Feo y El Mena. (...)
Supongo que muchos hubiéramos incluido algún grupo más entre los finalistas, pero los tres elegidos entraban dentro de nuestra quiniela particular (de los tres nos llevamos para casa sus respectivos trabajos, y no podemos decir que eso lo hiciéramos de todos los participantes). Así que simplemente os dejamos con lo que escribimos en su momento de cada uno de ellos.
Lo de los madrileños Al Berkowitz es sintomático desde el propio nombre. Hace años, como componentes de Inhabitants coincidieron con el americano Aldous Berkowitz. Tras la salida de éste, decidieron mantener el nombre, cayendo sobre el grupo una especie de espiritualidad ausente (perdón, sé que esto puede no significar nada, pero yo me entiendo) que se transmite a su música. Ese inicio con efectos de sonido campestre sobre slides da paso de golpe a ritmos que te llevan directamente a Joy Division, sobre todo por el tono de voz de Ignacio Simón, tan cercano en muchas ocasiones a Ian Curtis. Pero esa sintomatología de ir por libres vuelve a reflejarse cuando no nombran a éstos entre sus influencias. "Tres grandes influencias? Pink Floyd de su primera época, de ahora Grizzly Bear y Robert Wyatt". Aunque como melómanos que son, en la conversación surgen nombres como Talking Heads, Soft Machine y Kevin Ayers, Brian Eno, Scott Walker, Can… Esa idea entre la experimentación y la suavidad por la que tanto hiciera Syd Barrett queda clara en directo, donde combinan ritmos de percusión torturada, que apenas parecen encajar con la melodía, junto a teatrales coros campestres, entre psicodelia y ramalazos punk. "Preferimos que el oyente vaya descifrando lo que escucha", dicen en referencia a su segundo disco de estudio, A long hereafter, nothing beyond. "Muchas veces los gustos se mueven por modas, pero nosotros somos muy frikis, escuchamos muchísima música". Así que ellos encantados de volver a presentar su hipnótica propuesta por segundo año en el Concurso Villa de Bilbao. "La sala es cojonuda, el trato y el ambiente son fantásticos, merece la pena". Último síntoma, último single: The Frenchman and The Rabbitman, ocho minutos y pico de una psicodelia tan en boga estos días. Ellos encantados, y nosotros también.
Vídeo de la actuación de Al Berkovitz
Y si El Bueno, El Feo y El Mena apuntaban que “nos encantaría que hubiera mucha gente a la que no les gustara nada nuestro nombre pero sí mucho nuestra música”, han dado en el clavo. Son una arrebatadora muestra de energía y melodía, de frescura y ausencia total de cualquier clase de impostura. Uno nota desde el inicial ritmo beat con ramalazos ska de All the things you could say que lo suyo es amor por los 50, los 60, el garage, el soul, todo lo que nace de la negritud y llamamos rock’n’roll. “Tendemos más a los 60, los 70, nos gustan los 50, pero los temas salen en base a lo que escuchamos. Nos sentimos cómodos haciendo las letras en inglés, pero no hacemos ascos al castellano”. Es la primera vez que salen fuera de Murcia para tocar en directo “y nos hacía una ilusión tremenda cruzarnos media España para tocar aquí, conocíamos el concurso y su trayectoria”. Y aprovechan para presentar su flamante vinilo en 7” y a 45 rpm. “El vinilo es lo nuestro, contando con la colaboración de un pequeño sello de un amigo, No Surf Records, grabándolo en el estudio de otro amigo y diseñándolo otros amigos, todo queda en casa. Necesitamos lo físico, palparlo, cogerlo, le tienes más cariño”. La voz de Antonio Mena resulta sorprendente, pasando de Roy Orbison a Chris Isaak, con parada en los Housemartins en la espléndida Let it down. Y con un simple venimos de Murcia se lanzan a un guateque en el más puro estilo The Nerves en The chicken’s alright, con piano eléctrico y cambiando batería por banjo suenan honky-tonk en Before you go…, rodean a los Beatles en It makes no sense, se empapuzan de excelente soul-funk en Franklin y demuestran en Hide-and-seek que pueden abrirse a otras sonoridades, entre el glam y Joy Division a ritmo de distorsión. “La escena en Murcia está hirviendo, hay bares, salas, bandas y muy buen ambiente underground”. Y encima, optimistas. Una joya estos chicos, háganme caso.
Vídeo de la actuación de El Bueno, El Feo y El Mena
Los gallegos Cro! llegan desde Vigo, y con su peculiar concepto lírico aceptan que “el nombre no significa nada, el primer tema se llamaba así, es una especie de grito de guerra, y tiene sentido con el concepto abstracto de nuestra música”. Y esa abstracción les lleva a recibir con alborozo los comentarios sobre el anunciado nuevo disco de Robert Fripp con King Crimson: “estamos muy contentos, a ver si no hacen algo tan malo como el anterior, da un poco miedo la actual formación, pero son muy grandes”. Queda así clara la principal influencia, que ellos tratan de desarrollar y ampliar sobre el escenario en base a los hechos, que no son otros que el soberbio concierto que realizaron. Instrumentalmente espléndidos (“tenemos formación clásica y de jazz, pero la usamos para hacer la música que nos gusta a nosotros”), juegan con continuos cambios de ritmo, que pasan de la caricia al hard, del rock progresivo al ruido, con diversos recitados grabados, un espectacular bajo de seis cuerdas y un concepto general experimental, en el que sin embargo se escuchan toques moriscos o recuerdos hasta a Triana. “Pero también tenemos otras influencias, Radiohead, Tool, Soft Machine, Mars Volta, hemos tocado en homenajes a Zappa…”. Esta última, mucho más clara que las citadas. Y uno intuye que la improvisación juega un papel muy importante, ausente en Bilborock por las características del concurso: “Hicimos una recopilación de más de 20 horas que teníamos grabadas de impros y la colgamos en internet, además de los dos discos de estudio, el último en vinilo vía crowdfunding”. No creen que haya una escena progresiva como tal, aunque pertenecen junto a otros grupos al colectivo MetaMovida, con una orquesta de improvisación, y sorprende el uso de la voz como un gruñido, como un instrumento más, en especial cuando puede llegar a sonar como el didgeridoo, el cuerno de viento de los aborígenes de Australia. Un grupo muy a tener en cuenta, sin duda.
Vídeo de la actuación de Cró!
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